21/10/2013 - ECONOMÍA - TRIBUNA - ¿Vuelve sucesiones? - Eduardo Pedrosa

El pasado mes de junio CiU y ERC pactaron la recuperación parcial del impuesto sobre sucesiones. Por todos es sabido, que la eliminación de este tributo fue uno de los caballos de batalla del presidente Artur Mas para llegar al Gobierno de la Generalitat. Si al final cristaliza la vuelta de este impuesto, el caballo en cuestión no habrá llegado a ser más que un potro de tres años. Muy poca vida para un cambio tan augurado y clamado por la sociedad catalana.

Sin entrar en cuestiones políticas, ni de justicia territorial, ya que en el resto de España la tributación es prácticamente nula, como profesional del derecho tributario me gustaría compartir una reflexión sobre el anuncio de esta medida: la posible vuelta del impuesto sobre sucesiones.

La primera cuestión que debemos responder es ¿qué deben gravar los impuestos? Los impuestos deben gravar la generación de riqueza. No la tenencia de riqueza. Para que un sistema sea progresivo deben pagar más los que más ganan y no los que más tienen.

El patrimonio ahorrado en sede de una persona física ya ha pagado por el impuesto sobre la renta de las personas físicas en rentas altas hasta un marginal del 56% cuando se generó. Si a esto le sumamos los impuestos indirectos de IVA al 21%, los impuestos municipales, los especiales sobre gasolina, alcohol y tabaco que gravan el consumo, podemos llegar al 70% de la renta generada.

Lo mismo ocurre con las rentas del capital, que muchos critican que la tributación del 27% es muy baja. Pero se olvidan de que el dividendo repartido a un socio ya ha pagado el 30% cuando lo ganó la sociedad que generó la riqueza.

En el mismo orden de cosas, no podemos obviar el otro impuesto que el actual Gobierno de la Generalitat ha vuelto a recuperar. El histórico y anacrónico impuesto sobre el patrimonio de las personas físicas. Dicho impuesto vuelve a gravar la riqueza en sí misma y no en su generación. Una persona o familia puede estar obteniendo rentas negativas (perdiendo realmente dinero) y pagando dicho impuesto. Curioso y tal vez confiscatorio.

Así las cosas, y volviendo al impuesto sobre sucesiones: ¿realmente alguien en su sano juicio cree razonable que dicho patrimonio vuelva a pagar el 34% al heredarlo un hijo o cónyuge por el impuesto sobre sucesiones?

Personalmente, lo creo aberrante. Y jurídicamente no le encuentro cabida en el artículo 31 de la Constitución, cuando taxativamente prohíbe el alcance confiscatorio de los tributos. Confiscar significa "privar a alguien de sus bienes y aplicarlos al fisco".

La regulación y gestión de los impuestos es una importante herramienta de política económica. En la medida que los estados miembros de la Unión Europea ya no tienen competencia sobre la política monetaria, sólo les queda la política fiscal.

Así, es de vital importancia desarrollar un sistema tributario eficiente, que atraiga capitales y huya de propuestas populistas que nada benefician a las economías desarrolladas. El capital es necesario para crear empleo. Si la tributación en términos comparativos con nuestro entorno es mayor, perdemos competitividad como país.

Si queremos que un país sea rico, es importante no gastar dicha riqueza. Nuestros gobernantes no están demostrando ser buenos gestores. Gastan más de lo que ganan. Si además de gravar lo que ganamos quieren parte de lo que tenemos, acabaremos sin tener y ellos no tendrán nada sobre lo que gravar.