02/12/2013 - ECONOMIA - TRIBUNA - Inexplicable - Ángel Sáez
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02/12/2013 - ECONOMIA - TRIBUNA - Inexplicable - Ángel Sáez
La Vanguardia
ECONOMIA
TRIBUNA
Pàgina 60
Inexplicable
Publicado el 02/12/2013
Ángel Sáez / Economista
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Publicado el 02/12/2013
Ángel Sáez / Economista
El impuesto sobre sucesiones se remonta a la época romana y es quizás el que más justificación social tiene
El día 4 de noviembre este diario, en la sección de Economía, recogió la propuesta de la anunciada modificación del impuesto sobre sucesiones de la Generalitat de Catalunya, con el título de "Las herencias hasta un millón seguirán pagando impuestos bajos". Días después, un prestigioso compañero profesor de economía, en esta sección titulaba la recuperación del impuesto como "Economía de la moderación". Siento discrepar abiertamente de la propuesta de la Generalitat al considerarla mínima, basándose en que la medida pretende recaudar únicamente 110 millones de euros, y también del respetado compañero, porque entiendo que la moderación tiene que tener una explicación mínima que en este caso no se da.
Veamos. Siguiendo los ejemplos publicados en este diario, resulta que una herencia recibida por un hijo de un millón de euros tributa 9.702 por el impuesto de sucesiones, es decir, un poco menos del 1%, y si el montante recibido es de 500.000, la cuantía que pagar es de 1.433.
Hagamos números y comparemos impuestos, ya que todos ellos contribuyen por igual al sostén de los gastos públicos. Un trabajador medio que perciba por su trabajo 25.000 euros al año pagará de IRPF 4.500 anuales. En 40 años podría llegar a percibir el deseado millón de euros -si no le falta el puesto de trabajo- y de IRPF -suponiendo constantes los tipos- habría pagado 180.000. La pregunta que nos hacemos es si consideramos moderado que el hijo heredero, que difícilmente se podrá defender que haya contribuido a que el padre se enriquezca, pague un pírrico 1% (9.702 euros) cuando este mismo hijo, como empleado, habría pagado 180.000 euros en 40 años de esfuerzo y dedicación a un trabajo. Siguiendo con los ejemplos, se indicaba que un hijo que heredara tres millones pagaría un 9,6%, lo que supondría una cuota de 286.967 euros. Un empleado para ganar esta cifra en 40 años de trabajo tendría que percibir por término medio 75.000 euros anuales tributando un 33% de IRPF.
No pretendo apostar por que se eliminen las bonificaciones del impuesto de sucesiones y se vuelva al tipo máximo del 32% (en caso de parientes lejanos o extraños, bastante superior), pero sí por que se apliquen bonificaciones que impliquen una tributación efectiva más justificable, sin necesidad de llegar a las que hay en el Reino Unido o Francia. Si queremos crear una conciencia social tributaria, ya desde las escuelas, ¿cómo los profesionales de la asesoría y de la enseñanza explicaremos los ejemplos anteriores? Y ¿cómo justificaremos, por ejemplo, que si compramos una vivienda con el esfuerzo de muchos años de trabajo y formación vayamos a satisfacer a la Generalitat un 10% de impuesto sobre transmisiones patrimoniales, por mínimo que sea su valor?
Si la Generalitat pretende reducir o suprimir un impuesto, que empiece por el del patrimonio, desconocido en los países de la UE, excepto Francia, y que vuelve a gravar rentas que ya han tributado en el mismo contribuyente. Una persona que haya ahorrado con su esfuerzo y trabajo un millón de euros, cada año, sí, cada año, paga de impuesto sobre el patrimonio 2.496,54, aunque no le produzca ni un euro de rendimiento. ¿Tiene justificación lo que se ha expuesto? Creemos que no. Recordemos que el impuesto sobre sucesiones se remonta a la época romana y por muy de moda que esté su eliminación en la Comunidad de Madrid y en alguna histórica, es quizás el que más justificación social tiene.
El día 4 de noviembre este diario, en la sección de Economía, recogió la propuesta de la anunciada modificación del impuesto sobre sucesiones de la Generalitat de Catalunya, con el título de "Las herencias hasta un millón seguirán pagando impuestos bajos". Días después, un prestigioso compañero profesor de economía, en esta sección titulaba la recuperación del impuesto como "Economía de la moderación". Siento discrepar abiertamente de la propuesta de la Generalitat al considerarla mínima, basándose en que la medida pretende recaudar únicamente 110 millones de euros, y también del respetado compañero, porque entiendo que la moderación tiene que tener una explicación mínima que en este caso no se da.
Veamos. Siguiendo los ejemplos publicados en este diario, resulta que una herencia recibida por un hijo de un millón de euros tributa 9.702 por el impuesto de sucesiones, es decir, un poco menos del 1%, y si el montante recibido es de 500.000, la cuantía que pagar es de 1.433.
Hagamos números y comparemos impuestos, ya que todos ellos contribuyen por igual al sostén de los gastos públicos. Un trabajador medio que perciba por su trabajo 25.000 euros al año pagará de IRPF 4.500 anuales. En 40 años podría llegar a percibir el deseado millón de euros -si no le falta el puesto de trabajo- y de IRPF -suponiendo constantes los tipos- habría pagado 180.000. La pregunta que nos hacemos es si consideramos moderado que el hijo heredero, que difícilmente se podrá defender que haya contribuido a que el padre se enriquezca, pague un pírrico 1% (9.702 euros) cuando este mismo hijo, como empleado, habría pagado 180.000 euros en 40 años de esfuerzo y dedicación a un trabajo. Siguiendo con los ejemplos, se indicaba que un hijo que heredara tres millones pagaría un 9,6%, lo que supondría una cuota de 286.967 euros. Un empleado para ganar esta cifra en 40 años de trabajo tendría que percibir por término medio 75.000 euros anuales tributando un 33% de IRPF.
No pretendo apostar por que se eliminen las bonificaciones del impuesto de sucesiones y se vuelva al tipo máximo del 32% (en caso de parientes lejanos o extraños, bastante superior), pero sí por que se apliquen bonificaciones que impliquen una tributación efectiva más justificable, sin necesidad de llegar a las que hay en el Reino Unido o Francia. Si queremos crear una conciencia social tributaria, ya desde las escuelas, ¿cómo los profesionales de la asesoría y de la enseñanza explicaremos los ejemplos anteriores? Y ¿cómo justificaremos, por ejemplo, que si compramos una vivienda con el esfuerzo de muchos años de trabajo y formación vayamos a satisfacer a la Generalitat un 10% de impuesto sobre transmisiones patrimoniales, por mínimo que sea su valor?
Si la Generalitat pretende reducir o suprimir un impuesto, que empiece por el del patrimonio, desconocido en los países de la UE, excepto Francia, y que vuelve a gravar rentas que ya han tributado en el mismo contribuyente. Una persona que haya ahorrado con su esfuerzo y trabajo un millón de euros, cada año, sí, cada año, paga de impuesto sobre el patrimonio 2.496,54, aunque no le produzca ni un euro de rendimiento. ¿Tiene justificación lo que se ha expuesto? Creemos que no. Recordemos que el impuesto sobre sucesiones se remonta a la época romana y por muy de moda que esté su eliminación en la Comunidad de Madrid y en alguna histórica, es quizás el que más justificación social tiene.
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