01/06/2010 - Tribuna - Economía - Ricos y demagogia

LA VANGUARDIA
Tribuna
Economía
Ricos y demagogia
Publicado 01/06/2010. Edición impresa pág. 50
Antonio Durán-Sindreu Buxadé, Profesor de la UPF y socio director de Durán-Sindreu Abogados

El problema es que nuestro sistema tributario ha perdido progresividad

El Presidente Zapatero ha anunciado un impuesto extraordinario para quienes más tienen o ganan. Analizar su oportunidad exige recordar que sigue sin afrontarse el verdadero problema: el gasto público. Y en este sentido no hay que confundir las medidas excepcionales para reducir el déficit con la obligación permanente de gestionar el gasto de forma eficiente y eficaz. La cuestión no es baladí ya que todos, o casi todos, contribuimos a sufragarlo. Toda partida que no sea necesaria significa que una parte de lo que pagamos no es tampoco necesaria. La revisión del gasto y la reordenación de la propia Administración es pues la principal tarea a abordar. De lo contrario, el Gobierno carece de legitimidad moral para aumentar los impuestos.

Sea como fuere, el problema no es tan simple como que paguen los que más tienen; afirmación, por su parte, tan obvia como ambigua; tan repetida que parece ya una cruzada contra los más ricos. El problema es otro muy distinto; es, nos guste o no, que nuestro sistema tributario ha perdido progresividad y ha sido la contrapartida política a promesas electorales. Aunque es triste reconocerlo, no existe una política fiscal para un proyecto de Estado. No hay lo que en términos empresariales se conoce como misión, visión y valores. Lo vital no es ya sólo visualizar el futuro acometiendo las reformas necesarias, sino reordenar el sistema tributario en su totalidad para que todos contribuyamos al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con nuestra capacidad económica y con los principios de justicia, igualdad y progresividad.

Y si en ese contexto concreto prevalece el injustificado miedo reverencial a una fuga de capitales, habrá que ser justo con quienes no se pueden fugar y reducir los impuestos en perjuicio del modelo de Estado que hoy tenemos. Falta valentía, pedagogía, ética y transparencia. La elusión de impuestos se instrumentaliza en gran parte a través de sociedades interpuestas. ¿Se está dispuesto a evitarlo? Los participes de un gran número de SICAV son de determinadas familias. ¿Es esto ahorro colectivo? Las rentas del ahorro tienen una injustificada fiscalidad respecto al resto de rentas, entre otras, las del trabajo. ¿Dónde está la equidad? Determinados deportistas y artistas de élite pagan mucho menos que la mayoría de los mortales. ¿Es justo? El Impuesto sobre el Patrimonio se elimina porque sólo lo pagan los patrimonios medios. ¿Es la solución? Otro tanto ocurre con el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones; y no hablemos de las deducciones sin sentido, incentivos fiscales mal concebidos y un largo etcétera de un sistema que hace aguas por todas partes. Crear un impuesto para quienes más tienen es tan populista como indicativo de la impotencia para reformar el sistema tributario. Dejémonos de demagogia: electoralismo no, gracias. Justicia tributaria sí, por favor.