01/04/2010 - LA REGIÓN - Opinión - Buen rollito: de Ourense al cielo

LA REGIÓN
Opinión
Buen rollito: de Ourense al cielo
Publicado 01/04/2010
Beatriz Tejada

Todo cuanto hacemos como ciudadanos es convertible en riqueza porque consumimos y pagamos gravámenes. Pagamos gasolina alzada porque en el litro una parte importante son cargas, pagamos por nuestro vehículo nuevo, y por poder usarlo, cotizamos por impuestos de lujo y otros como renta o sociedades, o trámites y pagos municipales, autonómicos y nacionales, sin olvidar los servicios bancarios y comisiones varias. Y dichosos mientras paguemos el IVA al 16% porque además somos una de las pocas comunidades donde soportamos mayor presión fiscal pues aún tenemos un Impuesto de Sucesiones y Donaciones.

Y no sé por qué demonios protesto, pues a veces soy algo bocazas y la verdad es que somos bastante ricos para poder soportar la presión; y mejor antes que ahora. Porque los últimos datos de renta per cápita nos empobrecen un poco ya que cada gallego se convierte en 624 euros más pobre por la caída del PIB. Y sí comparamos la renta de Galicia con el resto de Comunidades la diferencia es a considerar, pues la riqueza media de cada individuo puede ser hasta 10.000 euros anuales menor, y si cabe más preocupante aún, porque entre las causas que ayudan a explicar el desequilibrio no están sólo los diferentes niveles de ingresos sino la distinta especialización productiva de cada Comunidad.

En la ciudad de Ourense, y según datos del Instituto Galego de Estatística, anteriores a la crisis, datos de 2007, hay un total de 728 ciudadanos que viven con una media mensual de ingresos netos monetarios de hasta cien euros, siendo mayoría en rentas medias de entre 450 y 600 euros mensuales, por lo que el dato publicado recientemente sobre el salario de los gallegos se puede quedar grande para la ciudad que tiene una mayoría con media de 7.200 euros netos al año.

Pero el caso es que conocerán lo de la curación a través del pensamiento positivo, y afortunadamente hay noticias buenas en la economía ourensana: Termalismo que acomete un proyecto que transformará el Tinteiro en un espacio de disfrute construyendo una nueva cota de suelo que gane terreno al rio, y que supongo habrán estudiado muy bien ya que después de las últimas crecidas tenemos demasiado cercana la fuerza del agua que en cada temporada de lluvias arrasa nuestra riqueza termal. O el nuevo vehículo de bomberos para desplazarse por las calles más estrechas de la ciudad que supone un mayor valor en nuestro activo con una inversión de alrededor de 69.000 euros. O el Consorcio de Turismo de la Ribeira Sacra que reanudará los circuitos con autobuses por las bodegas de la denominación de origen en esta Semana Santa.
Y sumen, recorten, compongan y háganse un mapa mental con una fotografía fija de aquello que nos importa a los ourensanos.

Recetas de política económica

Y como toda fórmula para cocina, la premisa de partida es fundamental: tenga usted hambre que con ella se condimenta mejor; y después veamos si tenemos en el fogón los ingredientes y las manos que encaren el trabajo, porque en estos días he leído con curiosidad en los foros de economía una propuesta impertinente para salir de la crisis con una receta mágica que consiste en elevar el objetivo de inflación de los bancos centrales.

Y lo que dice es sencillo: estando la economía a un nivel de crecimiento endémico donde los estados no pueden endeudarse más y con los tipos nominales cercanos al uno, para qué bajen los tipos de interés reales se deberán imprimir euros que aspiren a generar inflación.

Y es que una evidencia que los precios, han descendido; lo que verán ustedes a diario por las calles de nuestra ciudad, comercios y pequeñas empresas, que se ven obligadas a cerrar por la falta de consumo que lleva ligada la deflación.

Y la lógica de esta realidad es tremenda, porque si esperamos que los precios con el tiempo estén más bajos lo que podamos comprar ahora lo retrasaremos en el tiempo con el fin de comprarlo a un precio aún menor. Siendo éste el motivo también por el que disminuye la cantidad de personas que solicitan préstamos si los precios bajan, ya que no solo comprarán más en el futuro cercano sino que las tasas de interés y los sueldos caerán, lo que apareja una bajada de demanda y una baja producción, que lleva a su vez desempleo.
Y pese a ser cierta la premisa de que una inflación descontrolada es mala, en este momento tan cerca del límite de rebajas de tipos de interés que provocan estar a punto de caer en una trampa keynesiana de liquidez, parece política sólida y coherente disminuir el tipo de interés real para animar el consumo.
Es un hecho que la gente es más feliz con un salario un 3% mayor a pesar de una inflación de 4 que si la dejas al 0% con una inflación de un 1%. ¿O no?.

Y por ello la pregunta clave en la situación que estamos, es si esa inflación deseada se podrá generar ¿qué le parece a ustedes?

Caminando en línea recta no puede uno llegar lejos (Le Petit Prince).

Y les traigo a colación un cuento que me contó mi hijo que me hizo reflexionar acerca de una recomendada y poco ortodoxa subida de precios: “Era una vez un pez globo que quería inflarse y pasó y pasó el tiempo hasta que se hizo muy muy muy grande y aprendió: que para que un pez globo crezca tiene que inflarse. Y aprendió todo sobre los peces globo y lo divirtió. Fin.” Escrito por Antón, siete años.
Premonitorio ¿no?

Leer aquí: http://www.laregion.es/opinion/7877/