30/09/2009 - Política - Sucesiones, donaciones e IRPF son los impuestos peor tratados

Catalunya, a la cola en incentivos fiscales en las autonomías
Política
Sucesiones, donaciones e IRPF son los impuestos peor tratados
Publicado 30/09/2009
ROSA SALVADOR
Barcelona

Catalunya ha sido la primera comunidad autónoma del PSOE en aceptar la profundidad de la crisis. Antoni Castells, su conseller de Economia i Finances, ha disentido incluso de la política económica que practica el Gobierno frente a la crisis, exhibiendo una estrecha sintonía con el empresariado catalán. Pero a la hora de la verdad, en materia impositiva, Catalunya está entre las comunidades con mayor carga fiscal y en casos concretos, como el del impuesto de sucesiones, cuenta con un importante margen para rebajarlo. Tras Extremadura, Catalunya es hoy la comunidad autónoma más cara para el contribuyente que reciba una herencia, y también en donaciones e IRPF queda lejos de las comunidades del PP como Madrid, Valencia y Murcia.

Según un estudio del Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF), una familia de clase media puede tributar 7.082 euros por heredar un piso, una segunda residencia y 108.000 euros en dinero y acciones, mientras que la misma herencia tendría un coste fiscal 0 en Asturias y pagaría sólo 33 euros en la Comunidad Valenciana. En donaciones, pese a la rebaja aplicada por Catalunya en el 2008, dar en vida un inmueble a un hijo puede tener un coste de 6.000 euros, muchos menos que los 27.391 de Andalucía o Asturias pero lejos del coste cero de Aragón. Y en IRPF igualmente, el Gobierno catalán se ha limitado a introducir deducciones, pero no ha tocado la tarifa del tramo autonómico, como han hecho los de Madrid, La Rioja (ambas han rebajo un punto el tramo autonómico), Murcia o Valencia (con una rebaja de 0,25 puntos). Así, según el REAF, una pareja de clase media acabaría pagando a Hacienda 2.840 euros al año, de nuevo 390 euros menos que la comunidad más cara (Extremadura), pero 591 euros menos que la comunidad más económica, que en este supuesto es Valencia.

Mientras en los impuestos directos más visibles las autonomías han abierto una carrera de rebajas fiscales; en los indirectos, muy discretos y con mayor capacidad recaudatoria, la estrategia ha sido la contraria: todas las autonomías han subido el impuesto de transmisiones patrimoniales onerosas (ITP) –frente al 6% fijado por el estado, todas aplican el 7%, excepto Canarias, que tiene el 6,5%–, el de actos jurídicos documentados (AJD) que aplican los notarios (frente al 0,5% estatal todas aplican el 1%, excepto Canarias que aplica el 0,75%) y el del juego, y seis de ellas han aplicado el recargo al impuesto especial de hidrocarburos o céntimo sanitario (Asturias, Castilla La Mancha, Catalunya, Valencia, Galicia y Madrid). Las autonomías han aprobado tarifas reducidas para el ITP y AJD, para colectivos específicos o para la compra de vivienda habitual, especialmente si es de protección oficial. Así, según el REAF, por la compra de una vivienda habitual un catalán tributaría 9.000 euros en ITP, frente a los 5.400 de Baleares o los 12.600 euros de Madrid, Valencia, Murcia, Galicia y otras cinco comunidades autónomas.

Con las rebajas de impuestos, algunas autonomías esperan captar inversiones procedentes de otras regiones. "Hay que recordar que la competencia fiscal empezó en las comunidades forales, que no tienen impuesto de Sucesiones e impulsaron las "vacaciones fiscales" para las empresas explica Valentí Pich, presidente del Consejo General de Colegios de Economistas. Para hacer frente a este régimen, Cantabria y luego La Rioja suprimieron en la práctica el impuesto de sucesiones. Posteriormente, el PP ha hecho de la eliminación de este impuesto su bandera política, promoviéndola en las comunidades que ha gobernado, y recientemente CiU ha pedido su supresión en todo el Estado y que se compense a las autonomías la pérdida de recaudación, como hizo con el impuesto de patrimonio.

Martí Carnicer, secretario general de la Conselleria d'Economia, considera que se ha de frenar esta competencia fiscal a la baja entre territorios para que no acabe eliminando el impuesto de sucesiones, como ha sucedido en Australia y Canadá. "Se ha de considerar si el impuesto de sucesiones tiene un lugar en el sistema fiscal español, aunque sea con una reforma que atenga todas las razones", asegura. Catalunya no ha sido ajena a la competencia fiscal, que determinó la "mejora" del impuesto de sucesiones y donaciones del 2008: elevó a 500.000 euros el límite exento de tributación en la herencia de viviendas y redujo el impuesto de donaciones entre vivos hasta un máximo del 9% (lo que neutralizaba la iniciativa de Madrid de no gravar las donaciones de vivienda para atraer inversores).

"Los impuestos sirven para recaudar... pero también para dar visibilidad al ideario político", explica Santiago Lago, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Lugo. "Y en un contexto en que la estrategia de pedir más recursos al Estado central funciona y no tiene coste político ante los electores es comprensible la estrategia que están aplicando las autonomías de bajar los impuestos más visibles como sucesiones y donaciones o el IRPF".

El REAF va más allá y atribuye "fines publicitarios" a la "profusa regulación de deducciones por circunstancias personales" de las autonomías en el IRPF "que no merman la recaudación por estar condicionadas a rigurosos requisitos". Así, Catalunya tiene deducciones a viudas, préstamos de estudios, apoyo al catalán o por el trabajo dependiente, que no tienen otras autonomías, y no aplica otras a familias numerosas o discapacitados que tienen otros territorios. Según Funcas, la fundación de las cajas de ahorros, estas deducciones suponían en el 2004 un ahorro medio de 26 euros por familia en el IRPF (con una gran dispersión: 112 en Canarias, 18 en Catalunya o 0 euros en Cantabria o Castilla-La Mancha).

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