22/04/2011 - EL PERIÓDICO DE ARAGÓN - Opinión - Perspectivas de futuro
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22/04/2011 - EL PERIÓDICO DE ARAGÓN - Opinión - Perspectivas de futuro
EL PERIÓDICO DE ARAGÓN
Opinión
Perspectivas de futuro
Publicado 22/04/2011. Edición impresa, pág. 7
CÁNDIDO Marquesán, Profesor de instituto
Hay una medida que Rajoy cree dotada de un poder taumatúrgico: la privatización de los servicios públicos.
De no producirse un cambio radical en la expectativas electorales por algún acontecimiento trascendental, como el fin del terrorismo de ETA o el crecimiento de la economía con la consiguiente reducción del paro, Rajoy se va a convertir en jefe de Gobierno sin que los españoles tengamos una idea ni siquiera aproximada, salvo cuatro vaguedades de austeridad y reformas, sobre las políticas que pondrá en práctica alcanzado el poder.
Hay una que sí la tiene clara, que no la oculta y que la considera dotada de un poder taumatúrgico: privatización de los servicios públicos. Este tema entraría en la más estricta ortodoxia del pensamiento neoliberal, que considera los servicios públicos "per se" disfuncionales. Por ende, hay que traspasarlos a la iniciativa privada, ya que funciona mejor y es menos costosa. También ha privatizado el Gobierno de ZP, aunque presionado por los mercados. Los populares no necesitan presión alguna para ejecutarla, ya que la llevan en los genes. Salvo esta cuestión conocida, los españoles que depositen su confianza en Rajoy, tendrán que hacerlo a ciegas. Pero debemos tener cuidado. Mientras escribo esto una noticia singular me produce enorme desasosiego. En la jornada de apertura del congreso de Nuevas Generaciones, en Zaragoza, González Pons a los jóvenes del PP les incitó a "la revolución". ¡A las barricadas! A este caballero pronto lo vamos a tener que incluir con los Robespierre, Marx, Bakunin, Lenin y Rosa Luxemburgo. Es como para ponernos a temblar.
Si la llegada a la Moncloa por el trabajo invertido le va a resultar muy fácil, no lo será menos su forma futura de gobernar. Cualquier medida adoptada, por dura que sea, la podrá justificar sin problemas recurriendo a la pésima herencia del Gobierno de ZP. Si hay que hacer traumáticas políticas de ajustes fiscales, congelando pensiones, recortando salarios de funcionarios o despidiéndolos, reduciendo el gasto social en educación, sanidad o dependencia, la respuesta la tiene a mano. Y si algún español no se hubiera convencido del todo, podrá incorporar un nuevo argumentario: las exigencias de los mercados o del FMI, la OCDE o la Unión Europea. Algo más complicado de explicar será el compatibilizar la exigencia de grandes sacrificios a los españoles con rebajas de impuestos a las rentas de capital. Según Vicenç Navarro, se podría reducir el déficit en 35.000 millones de euros mediante las cargas impositivas a los sectores más privilegiados tal como han sugerido los inspectores de Hacienda.
Un posible anticipo del futuro que nos espera es la actuación del Gobierno de CiU de Artur Mas, de derechas como el PP. En Cataluña se está poniendo en marcha una política implacable de recortes sociales en educación, servicios sociales y sanidad.
En el ámbito educativo, las universidades recibirán este año 140 millones de euros menos que en 2010; la escuela pública pasará a impartir cinco horas diarias de clase en primaria, mientras que la concertada seguirá ofreciendo seis. Los profesores tendrán que impartir una hora más de clase semanal. Si se reducen horas de clase y se aumenta la carga lectiva del profesorado supondrá una reducción de plantillas. Los colegios e institutos han recibido alrededor de un 30% menos para gastos de funcionamiento (calefacción, luz, agua, comunicaciones...). Habrá un claro deterioro de la enseñanza pública.
En materia de servicios sociales, el Ejecutivo catalán acaba de señalar su imposibilidad para cumplir los mandatos del Gobierno para la Ley de Dependencia. Donde el tijeretazo de ajuste social es más brutal, es en la sanidad pública, ya que se recortará este año el gasto en 1.000 millones, un 10% respecto a 2010. Los hospitales perderán entre 1.000 y 2.000 camas y un número indeterminado de quirófanos. Más de 5.000 empleados perderán su trabajo. Ya no se garantiza para ser operado un máximo de seis meses en los casos menos graves. Mas recurrió al legado del Gobierno del Tripartito para justificar las medidas y equiparó la herencia recibida con la situación económica que llevó a Grecia a la bancarrota. Mientras tanto el Gobierno catalán, cumpliendo su promesa electoral, acaba de aprobar la eliminación del impuesto de sucesiones, por lo que dejará de ingresar al menos 150 millones este año y 100 millones en 2012. El conseller de Economia y Coneixement, Andreu Mas-Colell, avanzó también que se rebajará durante esta legislatura el recargo de dos puntos sobre el IRPF autonómico para las rentas altas que aprobó el Tripartito. Tal medida beneficiaría a contribuyentes que ganen más 120.000 euros al año, entre los que se estarían principalmente directivos y empresarios. Artur Mas ha descartado tal decisión mientras "dure el ajuste".
La conclusión parece clara. El Gobierno catalán de clara inspiración neoliberal con estas políticas de ajustes fiscales está deteriorando gravemente los servicios públicos y a su vez potenciando su privatización. Aquí hay mucho negocio. Es todo un indicador el que el consejero de Salud, Boi Ruiz, fuera el antiguo presidente de la patronal de la Unión Catalana de Hospitales y que ya se había mostrado partidario del copago y la gestión público-privada. Por todo ello, en un aviso a navegantes, todos los acontecimientos actuales en Cataluña pueden ser una clara advertencia de lo que nos espera en el resto de España, tras el triunfo de los populares en las elecciones generales de 2012.
Leer aquí: http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=665323
Opinión
Perspectivas de futuro
Publicado 22/04/2011. Edición impresa, pág. 7
CÁNDIDO Marquesán, Profesor de instituto
Hay una medida que Rajoy cree dotada de un poder taumatúrgico: la privatización de los servicios públicos.
De no producirse un cambio radical en la expectativas electorales por algún acontecimiento trascendental, como el fin del terrorismo de ETA o el crecimiento de la economía con la consiguiente reducción del paro, Rajoy se va a convertir en jefe de Gobierno sin que los españoles tengamos una idea ni siquiera aproximada, salvo cuatro vaguedades de austeridad y reformas, sobre las políticas que pondrá en práctica alcanzado el poder.
Hay una que sí la tiene clara, que no la oculta y que la considera dotada de un poder taumatúrgico: privatización de los servicios públicos. Este tema entraría en la más estricta ortodoxia del pensamiento neoliberal, que considera los servicios públicos "per se" disfuncionales. Por ende, hay que traspasarlos a la iniciativa privada, ya que funciona mejor y es menos costosa. También ha privatizado el Gobierno de ZP, aunque presionado por los mercados. Los populares no necesitan presión alguna para ejecutarla, ya que la llevan en los genes. Salvo esta cuestión conocida, los españoles que depositen su confianza en Rajoy, tendrán que hacerlo a ciegas. Pero debemos tener cuidado. Mientras escribo esto una noticia singular me produce enorme desasosiego. En la jornada de apertura del congreso de Nuevas Generaciones, en Zaragoza, González Pons a los jóvenes del PP les incitó a "la revolución". ¡A las barricadas! A este caballero pronto lo vamos a tener que incluir con los Robespierre, Marx, Bakunin, Lenin y Rosa Luxemburgo. Es como para ponernos a temblar.
Si la llegada a la Moncloa por el trabajo invertido le va a resultar muy fácil, no lo será menos su forma futura de gobernar. Cualquier medida adoptada, por dura que sea, la podrá justificar sin problemas recurriendo a la pésima herencia del Gobierno de ZP. Si hay que hacer traumáticas políticas de ajustes fiscales, congelando pensiones, recortando salarios de funcionarios o despidiéndolos, reduciendo el gasto social en educación, sanidad o dependencia, la respuesta la tiene a mano. Y si algún español no se hubiera convencido del todo, podrá incorporar un nuevo argumentario: las exigencias de los mercados o del FMI, la OCDE o la Unión Europea. Algo más complicado de explicar será el compatibilizar la exigencia de grandes sacrificios a los españoles con rebajas de impuestos a las rentas de capital. Según Vicenç Navarro, se podría reducir el déficit en 35.000 millones de euros mediante las cargas impositivas a los sectores más privilegiados tal como han sugerido los inspectores de Hacienda.
Un posible anticipo del futuro que nos espera es la actuación del Gobierno de CiU de Artur Mas, de derechas como el PP. En Cataluña se está poniendo en marcha una política implacable de recortes sociales en educación, servicios sociales y sanidad.
En el ámbito educativo, las universidades recibirán este año 140 millones de euros menos que en 2010; la escuela pública pasará a impartir cinco horas diarias de clase en primaria, mientras que la concertada seguirá ofreciendo seis. Los profesores tendrán que impartir una hora más de clase semanal. Si se reducen horas de clase y se aumenta la carga lectiva del profesorado supondrá una reducción de plantillas. Los colegios e institutos han recibido alrededor de un 30% menos para gastos de funcionamiento (calefacción, luz, agua, comunicaciones...). Habrá un claro deterioro de la enseñanza pública.
En materia de servicios sociales, el Ejecutivo catalán acaba de señalar su imposibilidad para cumplir los mandatos del Gobierno para la Ley de Dependencia. Donde el tijeretazo de ajuste social es más brutal, es en la sanidad pública, ya que se recortará este año el gasto en 1.000 millones, un 10% respecto a 2010. Los hospitales perderán entre 1.000 y 2.000 camas y un número indeterminado de quirófanos. Más de 5.000 empleados perderán su trabajo. Ya no se garantiza para ser operado un máximo de seis meses en los casos menos graves. Mas recurrió al legado del Gobierno del Tripartito para justificar las medidas y equiparó la herencia recibida con la situación económica que llevó a Grecia a la bancarrota. Mientras tanto el Gobierno catalán, cumpliendo su promesa electoral, acaba de aprobar la eliminación del impuesto de sucesiones, por lo que dejará de ingresar al menos 150 millones este año y 100 millones en 2012. El conseller de Economia y Coneixement, Andreu Mas-Colell, avanzó también que se rebajará durante esta legislatura el recargo de dos puntos sobre el IRPF autonómico para las rentas altas que aprobó el Tripartito. Tal medida beneficiaría a contribuyentes que ganen más 120.000 euros al año, entre los que se estarían principalmente directivos y empresarios. Artur Mas ha descartado tal decisión mientras "dure el ajuste".
La conclusión parece clara. El Gobierno catalán de clara inspiración neoliberal con estas políticas de ajustes fiscales está deteriorando gravemente los servicios públicos y a su vez potenciando su privatización. Aquí hay mucho negocio. Es todo un indicador el que el consejero de Salud, Boi Ruiz, fuera el antiguo presidente de la patronal de la Unión Catalana de Hospitales y que ya se había mostrado partidario del copago y la gestión público-privada. Por todo ello, en un aviso a navegantes, todos los acontecimientos actuales en Cataluña pueden ser una clara advertencia de lo que nos espera en el resto de España, tras el triunfo de los populares en las elecciones generales de 2012.
Leer aquí: http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=665323
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