14/04/2011 - ECONOMÍA DIGITAL - Opinión - Artur Mas y Adolfo Suárez, situaciones coincidentes

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Opinión
Artur Mas y Adolfo Suárez, situaciones coincidentes
Publicado 14/04/2011
Quim Marqués

Las similitudes entre lo acaecido poco antes del 23 de febrero de 1981 y la situación por la que está pasando el presidente de la Generalitat, Artur Mas, se revelan como mucho más que coincidentes.

Los más viejos del lugar recordarán claramente la sensación de soledad de aquel presidente centrista en sus últimas horas, sin apoyos parlamentarios, con las fuerzas vivas en contra y la calle soliviantada por los altos índices de desempleo.

Artur Mas se encuentra en una situación claramente diferente, es cierto. De hecho, acaba de aterrizar en el poder como aquel que dice. Pero sus primeras decisiones, duras, drásticas, y algunas actuaciones, polémicas, radicales, le están poniendo en el disparadero.

Con un gobierno en minoría (remember Suárez?), el resto de fuerzas políticas no se lo va a poner fácil. La ley más importante del año, los Presupuestos, va a encontrar verdaderas dificultades, después del 22 de mayo, para lograr ser aprobada.

Aquel inicial apoyo a la investidura del PSC, a finales de 2010, absteniéndose, se ha trocado en una verdadera confrontación después que el Govern decidiera seguir adelante con su plan de reducción del impuesto de sucesiones. Mas, con esa decisión, cruzó el Rubicón rompiendo los puentes de un posible acuerdo.

Con su decisión de ir a votar en la consulta no vinculante por la independencia de Catalunya ha conseguido que un virtual apoyo del PPC sea mucho más difícil… y costoso, en términos de imagen.

Y el poder central tampoco ayuda. No hay un gobierno amigo en La Moncloa, más preocupado por cumplir los deberes impuestos por la Unión Europea haciendo seguidismo de una no bien entendida ortodoxia de los mercados.

Por otro lado, con los cien días de mandato ya cumplidos y pocas decisiones de calado aún tomadas, a la espera del resultado de las próximas elecciones municipales del 22 de mayo, la ciudadanía comienza a verle las orejas al lobo. Aún son escasas las personas afectadas por los recortes que el conseller de Sanidad pretende imponer pero el miedo comienza a calar y la opinión, otrora favorable, se troca en un inicio de desconfianza.

Mucha gente se está preguntando si los recortes deben empezar por ahí, por el núcleo duro del estado del bienestar, por la salud y la educación.

El resultado de todo ello se vislumbra mediante una cierta asfixia financiera, un futuro indefinido, una soledad política y unas clases sociales que empiezan a retirar el apoyo.

Artur Mas, convencido que gobernar es tomar decisiones ingratas, se ve a sí mismo como la soledad del corredor de fondo, aunque la imagen más adecuada aquí sería la soledad del mánager (recordando a Vázquez Montalbán i Carvalho) que vuelve a retrotraernos a Suárez.

El corredor de fondo tiene por delante tiempo y espacio para desarrollar su tarea y, aunque Mas inicialmente cuenta con ambos factores, no es descartable que, al igual que lo sufrió Suárez, las circunstancias sobrevenidas (la agenda política, los datos macroeconómicos), cambien el contexto y obliguen a una reducción de la legislatura.

Difícil escenario dirán. Con el gran apoyo electoral logrado recientemente.

Pues justo acaba de suceder en Andorra, donde un gobierno, dos años después de haber sido mayoritariamente elegido ha sido democráticamente relevado.

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