11/01/2011 - SIGLO XXI - Opinión - Lencería fina - Carta abierta a Artur Mas, President de Catalunya

SIGLO XXI
Opinión
Lencería fina
Carta abierta a Artur Mas, President de Catalunya
Publicado 11/01/2011
Teresa Berengueras

Soy ciudadana catalana, nací en Castellar del Vallés, población eminentemente industrial que dejé para trasladarme a vivir a Barcelona desde muy joven pues decidí ser periodista y en esos momentos en Castellar era poco menos que imposible desarrollar esta profesión, sólo se podía trabajar en La Forja el semanario local que pertenecía a la Iglesia y los emolumentos por escribir en aquella revista eran cero pesetas, vivir en Barcelona ofrecía más posibilidades de trabajo y estudio, aunque la Facultad, situada en Bellaterra, te obligaba todos los días a viajar hasta esta población estaba situada entre Barcelona y mi población natal.

He seguido con interés las decisiones tomadas por el nuevo Gobierno de Catalunya y he escuchado, tanto en campaña como ya después de formado el Gobierno, el interés que ha mostrado el nuevo ejecutivo en que los catalanes y las catalanas tengamos una actividad firme y equilibrada para que Catalunya funcione también con nuestra colaboración, ignoro si soy buena ciudadana o todo lo contrario, lo que sí sé es que tengo voluntad firme de colaborar en lo que haga falta en esta acometida nada fácil del nuevo gobierno catalán. Es por ello que dirijo esta carta al President Mas para explicarle cosas que he visto, que conozco y de las que me gustaría obtener respuestas.

A todos los ciudadanos nos preocupa y nos deja sin dormir el problema del paro, de la crisis y de la falta de trabajo, es una verdad como un templo, una verdad que vivimos todos con mucha angustia, nadie puede escribir tajantemente y con palabras el dolor y lo que provoca el no tener trabajo, el no poder pagar y el no poder comer. Es penoso y difícil expresar el que en la cocina de muchos hogares no haya ni pan, ni aceite, ni sal, ni leche, alimentos más que básicos para una alimentación incipiente. Prácticamente ya están casi cubiertos todos los escalones de la nueva administración catalana y supongo que ya deben estar trabajando en estos temas de vital importancia para la ciudadanía, especialmente para la más desasistida por la diosa fortuna, a lo largo de la crisis se han venido perdiendo infinidad de puestos de trabajo, los comedores sociales cada día han aumentado el número de personas que acuden a los mismos en busca de comida, este año Cruz Roja ha superado el número de juguetes que con motivo de la fiesta de Reyes entregó el pasado año a familias que no tienen ni para comprar un simple juguete a sus niños y la niñez que en Catalunya vive en ambientes de pobreza aumenta de manera alarmante. Este es uno de los primeros temas en los que creo debe emplearse a fondo su Gobierno, el conseguir hacer descender la tasa de paro y lograr la reinserción social de los más necesitados es, a mi parecer, una medida urgente y necesaria a la que el Gobierno catalán debe prestar toda su atención.

Hay muchos más asuntos que hacen que un país funcione como la industria y el tejido empresarial, de eso le voy a hablar señor Mas, ya lo hice, a vuela pluma el día de la toma de posesión de su cargo. En Catalunya durante años la industria de la moda ha dado de comer y trabajo a muchas familias, como industria del textil la conocimos durante años, luego se la bautizó como la de la moda y en algunos momentos incluso se banalizó el tema hasta puntos inauditos. Señor Mas, la moda existe, la moda es una industria que, como todo, está en crisis, el que yo le vaya citando industrias y le diga que todas tienen problemas, usted, sobre el papel y por conocimiento personal, ya debe saberlo.

Le hablo de industria no de frivolidades y muchos menos de pasarela, aunque la una es imposible que viva sin la otra. A finales de este mes tenemos una cita con la 080 Barcelona Fashion, una iniciativa para descubrir nuevos talentos y lanzarlos al mundo y una Feria, también relacionada con el mundo de la moda, The Brandery, que acoge a empresas que muestran lo que hacen, cómo lo hacen y presentan sus productos ante los compradores que acuden a sus salones para ver esas novedades. Larga es la lista de expositores con nombres bien conocidos.

Luego, ya en primavera, hay un salón sólo para vestir a los que se casan, hombres y mujeres, un salón importante que en Madrid, al darse cuenta de su éxito de funcionamiento, hace dos años hicieron propuestas a algunos diseñadores de aquí para que llevaran sus ideas a la capital del Estado, tentándoles con la promesa de que tendrían una mayor difusión y es entendible que algunos sucumbieran ante la propuesta ya que la obligación y el deseo de todo industrial es obtener la mayor difusión posible y con ello un mayor número de ventas.

Usted debe conocer que un día, por una decisión política, se dejó a una serie de diseñadores catalanes, conocidos por su trabajo de años y por su valía, sin pasarela. Un estudio económico, desconozco con que seriedad estaba hecho, indicaba que éstos no tenían futuro en el exterior, no ingresaban un duro en las citas internacionales y al parecer poco en las de Catalunya. De un plumazo se quedaron sin una pasarela que les procuraba lo poco que tenían, vender en casa. En Catalunya, algunos emigraron a la pasarela de Madrid y otros decidieron salir como fuera sin pasarela a base de hacer sus propios desfiles o moverse de otra manera aunque sin tanta proyección. Se creó la 080 Barcelona Fashion para lanzar nuevos diseñadores de Barcelona a París y de París al mundo, debo decirle que pocos han triunfado en París, París es una plaza muy difícil, desfilar en la Semana de la Moda oficial de la capital francesa, allí donde nació la gran Coco Chanel, es complicado.

Según mis informaciones nadie de los que nacieron en la 080, me gustaría equivocarme, ha desfilado en esa rumbosa pasarela parisina . Josep Font, nuestro diseñador más internacional, estuvo en ella, es verdad, pero Font no nació en la 080, es uno de los que se tuvo que buscar la vida al cerrar la pasarela que no daba dividendos. Font, que cerraba muchas veces aquella pasarela, siempre era ovacionado por su trabajo preciso, precioso y que gustaba a la mayoría, en sus repletos desfiles siempre había público en pie o sentado en cualquier rincón del suelo, creaba expectativa, gustaba, tiene tienda en Barcelona, en Madrid, en Bilbao y en algunas otras ciudades del estado Español. Este año ya no va a París, acusa la crisis.

Ante esta realidad y muchas más me gustaría saber qué va a hacer su gobierno con la industria de la moda, con exactitud, ¿seguirán apoyando a los noveles de la 080? ¿les interesa una Feria con exposición y venta de empresas que no sólo venden en Catalunya sino en el mundo? ¿qué piensa, señor Mas, de todas esas empresas que buscan en lugares lejanos como Marruecos, China y otros, mano de obra barata para confeccionar sus prendas?, desde luego en Catalunya hay mano de obra aunque a precio de mercado y con derechos laborales, en China, Marruecos, Turquía o cualquier otro país del llamado tercer mundo todo es mucho más barato, las empresas hacen sus números y buscan los diez céntimos, como todos aquellos que hace tiempo vivimos con el cinturón más que apretado, pero teniendo en Catalunya empresas que pueden realizar este trabajo, ¿el Gobierno catalán no debería estar a su lado para intentar que sus empresas trabajaran más? ¿es posible que ese flujo de estilistas y empresas realizando sus prendas lejos de Catalunya tuvieran en cuenta que en esta Comunidad hay mano de obra que también les podría asistir? ¿no sería esta una forma de aliviar la falta de trabajo? ¿es ese un asunto de su Gobierno?. En este mundo globalizado las empresas, mirando su cuenta de resultados, emigran a latitudes en las que la producción les resulta mucho más económica, los salarios son ínfimos y la reivindicaciones de los trabajadores inexistentes. Es uno de los resultados de que al capital el mundo se le queda más pequeño cada día.

Como profesional del periodismo a lo largo de mi vida he intentado comprender muchas cosas, la empresa que organizaba la pasarela que se cerró alegando falta de diseñadores fuertes y con proyección internacional nunca mostró quejas de problemas económicos, se trataba de una empresa privada pero ayudada por el departamento oportuno del Gobierno de la Generalitat existente en aquellos momentos. No entiendo que si la empresa gestora no mostraba números rojos la pasarela se cerrara alegando que los diseñadores no tenían proyección, acaso, señor Mas, para los que mandaban en aquellos momentos desde la Plaça Sant Jaume la moda era sólo un aliciente para que se hablara de Barcelona y todo valía, lo desconozco y espero que usted, que recientemente ha hablado del agujero encontrado en las arcas autonómicas, no ignore la historia de todos los Gobiernos que le precedieron, en definitiva esto les ayudará a no cometer los mismos errores.

Es muy posible, señor Mas, que me diga que a quien tengo que preguntar o dirigir esta misiva es al Conseller d’Empresa i Ocupaciò, Francesc Xavier Mena, es posible que así lo debiera hacer, pero a todos los catalanes nos da la impresión que usted, si bien sabe delegar y es muy bueno que lo haga, ha cogido las riendas y controla muy bien todo el engranaje de su Gobierno, me gusta pensar que, sin ser usted un “súper hombre”, está atento a todo lo que pasa en su entorno de gobierno y a cómo cumplen su tarea todos aquellos a los que ha confiado una parcela de poder de esta Catalunya efervescente, es por eso que le escribo a usted. Incluso, tal vez, alguno de sus asesores le indique que haga caso omiso de esta columna pues mi obligación sería formular mis preguntas a través de la Web oficial como cualquier otro ciudadano, pero estoy acostumbrada que los medios de comunicación sirvan a todo el mundo, es por eso que hago pública esta carta, esta columna todos los domingos y lunes la leen muchas personas, no sólo de Catalunya, ni del Estado Español, lo hacen desde muchos lugares en donde se entiende y se habla en español.

Recibo cartas de México, de Colombia, de Miami e incluso de Nueva York, incluso, sabiendo que soy catalana, algunas llegan escritas en catalán, es un hecho y expreso esta carta porque sé que muchas personas piensan lo que yo estoy escribiendo, sin ser urgente lo que planteo es una realidad, una realidad a la que, desgraciadamente, ningún Gobierno estable ha plantado cara en todo la esencia de lo que es, muchos han tratado la moda como un juguete, como un entretenimiento, nadie, se lo aseguro, como lo que es, una industria con una proyección agradable, pero una industria, en las pasarelas de todo el mundo para vender y para seguir estando en el mercado de esa industria crean grandes shows que divierten, claro está, pero detrás de todo ello hay una sólo inquietud, que la empresa, que la industria, siga interesando, cuando eso no es así, la empresa, la industria y los puestos de trabajo se van al garete, ¿es eso sencillo?, ¿es eso frívolo?, no, rotundamente no, señor Mas, se lo digo con empeño y con mucha responsabilidad. Espero señales de humo.

Ahora le expongo un asunto personal, pero lo hago pensando en que hay otros ciudadanos que también pasarán por mi mismo problema y es por eso que lo escribo, a los diecisiete meses tuve poliomielitis, ese virus me atacó a pesar de llevar la vacuna y en esos momentos le dijo el médico a mis padres que gracias a ella no me había mermado las dos piernas, tengo la pierna izquierda con secuelas de la misma. A pesar de que al atacarme el virus los médicos no daban un duro para que anduviera, gracias a la dedicación absoluta de mi familia para que hiciera gimnasia con aparatos inexistentes en mi ámbito y que creaba expresamente mi padre pude empezar a dar pasos por el pasillo de casa. Todo poco a poco, estuve dieciséis años de mi vida de intervención en intervención quirúrgica y con recuperaciones en horario de ocho horas, como si trabajara en una oficina, pero en la niñez.

El hecho de haber tenido una enfermedad de tantos años no cuajó en mi carácter, siempre fui una persona divertida a la que desde niña le gusta cantar y bailar (lo hacia a pesar de todo). La poliomielitis no existe en este primer mundo en el que vivimos, por suerte esta enfermedad está erradicada gracias a las vacunas ya muy perfeccionadas, pero yo tengo secuelas, toda mi vida, desde que empecé a andar, mal muy mal, en mis inicios lo hice con dos bastones y con el tobillo en el suelo, siempre he precisado calzado ortopédico, unos zapatos muy caros y siempre muy feos, desde siempre, desde que puse el tobillo en el suelo el traumatólogo que me atendía me dijo que jamás podría llevar zapatos como los de todo el mundo y que me preocupara de que los zapatos hechos a medida tuvieran todos los arreglos adecuados pues de otra forma no andaría.

Como supondrá a lo largo de los años me ha supuesto más problema la estética de mis zapatos que no mi cojera, mi cojera era de toda la vida, la llevo conmigo, es natural y lo de los zapatos es difícil de soportar. Mi familia es obrera, mi padre cuidaba de un bosque y mi madre cosía a destajo para una empresa de Sabadell que vendía uniformes, siempre pedían dinero a los familiares para que yo pudiera calzarme, mis zapatos son caros, cuando he trabajado y me han pagado un sueldo aunque fuera escaso con esfuerzo he podido pagarme los zapatos, lo he hecho, hace quince años que atravesé un momento difícil en mi vida profesional y solicité a la Seguridad Social que me pagara unos zapatos a los que según la ley tengo derecho, siempre he pensado que aunque una ley te apoye si una puede dejar que las prestaciones económicas de la misma sean para otros que se encuentren en peores condiciones económicas es mejor no recurrir a ella.

Este pasado año pedí al CatSalut la prestación económica para unos zapatos, fui a una traumatóloga, la que me corresponde por CatSalut, y me prescribió unos zapatos, me informó que debería pagar treinta euros y CatSalut pagaba el resto, la doctora me visitó exhaustivamente e hizo un informe donde hacia constar mi realidad física , el pie izquierdo está destrozado y sin zapatos a medida no puedo ponerlo en el suelo, y mis zapatos no son tipo inglés sino con caña para proteger la desviación del tobillo y darme algo de seguridad al caminar , necesito estos zapatos sí o sí, es de ley. Si yo tuviera un trabajo bien renumerado, ¿usted cree, señor Mas, que yo hubiera recurrido a CatSalut?, no, le he dicho que soy responsable y me considero una buena y solidaria ciudadana, es más, la persona profesional que confecciona este tipo de calzado me dijo que no tendría que pagar treinta euros que debería pagar ciento treinta pues, esos zapatos que yo necesito valen más pero CatSalut llega hasta donde llega. La verdad, para mi, le puede parecer extraño, ciento treinta euros es un capital, para que vaya viendo cómo está el asunto laboral incluso en profesionales que, como yo, se dejan la piel en su trabajo desde los trece años. Pero como necesito de manera imprescindible el calzado ortopédico estoy dispuesta a pasar por el aro y pagar cien euros más de lo que está estipulado entre CatSalut y los profesionales de la ortopedia.

Mi sorpresa llegó pocos días antes de Navidad cuando desde CatSalut me mandaron una resolución firmada por el Director de Atenció al Ciutadà denegándome la solicitud. Se me daban treinta días para enviar mis alegaciones y mostrar no estar de acuerdo con esta determinación, he presentado el recurso defendiendo mi derecho, además ni el Director de Atenció al Ciutadà ni nadie de su departamento me ha visto, ni me ha visitado, ni siquiera llamado. Ante una resolución denegatoria de este tipo hay que presentar un recurso formal que yo he podido redactar gracias a mis conocimientos pero me pongo en la piel de otras personas con menos posibilidades de conocimiento y es difícil que puedan hacerlo, además si por silencio administrativo en treinta días después de la presentación no recibo contestación, estoy segura que ante estos hechos la administración suele dar la callada por respuesta, vendré obligada a presentar una reclamación ante los Juzgados de lo Social, con la consiguiente y necesaria contratación de un abogado cuya minuta al final va a ser más cara que los 759 euros que valen el par de zapatos. Por suerte mi marido estudió derecho y economía y pudo redactar el escrito de alegaciones pero si me dan, como suele suceder, la callada por respuesta y el silencio administrativo es lo único que recibo de CatSalut tendré que contratar un abogado que defienda mi caso ante el Juzgado de lo Social y todo ello sin garantías de ganar el pleito y tener una prestación económica a la que yo, y muchas personas en mi misma situación, tenemos todo el derecho. No quisiera creer que los recortes que en Sanitat ha anunciado el Conseller correspondiente comiencen por nosotros, los más desfavorecidos, pero mucho me temo que como dice un dicho castellano “ a pagarlo poca ropa” mientras a aquellos que disponen de rentas más que altas su Gobierno está dispuesto a eximirles del pago del impuesto de sucesiones, y eso no es solidaridad, simplemente es beneficiar, a mi modesto entender, a los que más poseen. ¿Recortarán los gastos de sanidad dejando a los cojos sin zapatos ortopédicos mientras quien herede fincas pagará por ello mucho menos que antes?

Muchas gracias por ser tan abierto, por ser tan austero y por escuchar a todo el mundo, los que nos dedicamos a trabajar, mejor o peor pagados, desde los medios de comunicación le explicaremos todo lo que pase en la calle, cosas que muchas veces desde el despacho de la Generalitat, ni se suponen. Atentamente.

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