16/05/2010 - DOSSIER EMPRESARIAL - Más agravios fiscales entre autonomías

DOSSIER EMPRESARIAL
Más agravios fiscales entre autonomías
Publicado 16/05/2010
José Luis B.Benayas
MADRID

Todos los españoles somos iguales a la hora de pagar los tributos». Esta es la primera afirmación por la que se rige el complejo sistema fiscal español. Es el llamado principio de igualdad o generalidad. Sin embargo, basta contemplar el panorama impositivo desde una vertiente autonómica o local para darse cuenta de que las diferencias existen. Y no son pocas.

La financiación de las CC.AA. está regulada por la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (Lofca), que fue reformada por última vez en 2009, después de un proceso muy complejo de negociación. Este nuevo sistema pretende paliar los problemas financieros regionales motivados por el retroceso recaudatorio del Estado (el primer gráfico adjunto refleja como esa recaudación pasó de 214.244 millones en 2008 a 162.460 millones en 2009). De la misma forma, les otorga un mayor poder normativo en impuestos con el que combatir, de forma más autónoma, sus problemas de dinero.

Al margen de los tributos propios (en materia medioambiental, del juego, sobre la renta potencial, grandes superficies comerciales e incluso depósitos en la banca), el Estado ha ido en los últimos años cediendo una serie de tributos a las autonomías. Es el caso de impuestos como los de Transmisiones Patrimoniales, Actos Jurídicos Documentados o Sucesiones y Donaciones. Por si no fuera suficiente, la nueva Lofca concede a las regiones un mayor margen de movimiento en impuestos como el IRPF, e incluso la potestad de legislar sobre impuestos que en principio son competencia de las entidades locales.

«El primer problema es el exceso de normativa. Eso complica las cosas», manifiestan desde el Consejo General de Colegios de Economistas de España. Desde la entidad consideran que los gobiernos autonómicos no revisan normas que ya están vigentes, por lo que algunas quedan obsoletas. «Hay que apostar por una menor legislación y una mayor eficacia. Las normas son como las carreteras: no sólo hay que hacerlas, también hay que cuidarlas», concluyen en el Consejo.

Precisamente, ese entramado confuso es el que incide en las diferencias entre territorios. «Es cierto que todas las autonomías tienden a regular sobre lo mismo, pero no es menos cierto que para una persona que no entienda de materia tributaria puede resultar sorprendente que por una herencia de padre hijo haya que tributar en Galicia y no en Madrid», manifiesta Arturo Jiménez, abogado y asesor fiscal de DataDiar. En el Colegio de Economistas opinan de forma parecida: «Muchas autonomías establecen demasiadas reducciones, modificaciones o bonificaciones que en realidad tampoco tienen demasiada entidad».

Las diferencias. Sin embargo, la suma, una a una, de esas modificaciones, bonificaciones o reducciones genera un mapa desigual. por ejemplo, y respecto al IRPF, la tarifa ha sido rebajada en un 1% en Madrid o la Comunidad Valenciana. Ambas han suprimido también el Impuesto de Sucesiones y Donaciones para varios grupos de cotizantes, al igual que Canarias, Baleares o Castilla La-Mancha.

Pero éstos son sólo pequeños ejemplos, porque cada región suele introducir leves modificaciones en cada uno de los impuestos sobre los que tiene potestad para legislar, y siempre en función del grupo de cotización y del poder adquisitivo del contribuyente. Además, se ha abierto el abanico para que las CC.AA. puedan crear nuevas figuras impositivas. Así ha sucedido con el ‘canon eólico’ en Galicia o el de depósito de residuos en Cantabria. Hay analistas que ya hablan de una nueva modalidad fiscal, la 'ecológica'.

¿Resultado? Las diferencias existen, y no son pocas. Según el Registro de Economistas Asesores Fiscales (RAEF), una familia media española (cónyuges, dos hijos, rentas inferiores a 43.000 euros y una hipoteca) pagarían 1.200 euros menos de impuestos en Madrid o la Comunidad Valenciana que si tuvieran que tributar en Aragón o Asturias (ver gráfico pag.6).

«Pero esto no es casual. También hay que tener en cuenta que las comunidades legislan en función de su capacidad recaudatoria. Y, obviamente, no es lo mismo tributar en Madrid o Cataluña que hacerlo en Aragón, Asturias o Cantabria», asegura Arturo Jiménez.

Municipios sin espacio. Al margen de la confusión, otro de los grandes inconvenientes del panorama fiscal tras la reforma de la Lofca es la pérdida de peso de los municipios y las corporaciones locales a la hora de tomar decisiones tributarias. «Los Ayuntamientos se han convertido en víctimas. No es de extrañar, por tanto, que se hayan producido decisiones polémicas como la de la tasa de basuras que ha promovido Alberto Ruiz Gallardón», explican desde un consistorio madrileño. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se comprometió a reformar la financiación local en 2011. Hasta entonces, sin embargo, queda casi un año. Un periodo extenso en el que el panorama fiscal podría complicarse aún más.

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