09/12/2009 - EL DEBAT.CAT - Crónica política - Preocupación en el PSC a menos de un año de las elecciones

EL DEBAT.CAT
Crónica política
Preocupación en el PSC a menos de un año de las elecciones
Publicado 09/12/2009
Josep Tordera

El PSC afronta con mucha preocupación el proceso electoral que tiene que culminar como muy tarde en noviembre del año próximo con la celebración de las elecciones catalanas. Las encuestas no son nada buenas para ellos: CiU crece y ni los socialistas en particular ni el tripartito en su conjunto se ven refrendados por el apoyo ciudadano. Con los resultados de las encuestas actuales, un pacto CiU–PP le daría la presidencia de la Generalitat a un Artur Mas que es bien consciente de que su partido ya no le dará una cuarta posibilidad si esta vez vuelve a fracasar. Por eso mismo en la calle Nicaragua dan por hecho que Mas, si hace falta, volverá a ofrecer "el oro y el moro" a ERC para hacerse con la presidencia.

El presidente Montilla y su partido son conscientes de que hacen frente a las elecciones con una mochila llena de piedras extremadamente pesadas: El Gobierno catalán, y por lo tanto el PSC, pagarán una parte del malestar ciudadano por las consecuencias de la crisis económica. El hechizo que muchos catalanes, socialistas o no, sentían por Zapatero se ha ido desvaneciendo poco a poco hasta extremos muy importantes, en algunos casos por su política hacia Catalunya, y en muchos otros por su gestión global al frente del Gobierno español. Y además, el PSC teme por las consecuencias que puede generar una sentencia dura del Constitucional sobre el Estatut. Si en Catalunya se instaura un sentimiento general de que España nos maltrata, el PSC tendrá serias dificultades para seguir vendiendo su apuesta federal que permita que Catalunya se encuentre cómoda en España.

Una cosa parece evidente: el PSC no puede gobernar en solitario. Pero resulta que las otras opciones parecen muy difíciles de poner en práctica. En una situación de crisis hay sectores de la sociedad catalana que apuestan por un gobierno sociovergente. Pero no hace muchos días, dos de los dirigentes más destacados del PSC y de CDC; José Zaragoza y Felip Puig respectivamente, han expresado públicamente su desacuerdo con esta posibilidad. Hay que decir que Zaragoza y Puig expresan el sentimiento mayoritario dentro de sus formaciones. Habría que pensar pues, que éste es ya un asunto cerrado si no fuera porque también hay socialistas y convergentes de peso que creen que ésta es la mejor fórmula para afrontar una situación muy complicada entre las que hay que remarcar las consecuencias que podrá tener la resolución del Constitucional sobre el Estatut, la crisis económica que no parece que se vaya a acabar, aplicar la nueva financiación de Catalunya, entre otros. Hay que decir también que la alianza entre convergentes y socialistas sigue siendo la fórmula preferida por los sectores empresariales. O sea que, ¿descartada la sociovergencia?, pues sí, pero quizás no lo sea descartable del todo.

Igual de poco clara es la posibilidad de que haya una tercera edición del gobierno de izquierdas. Dos de los socios, PSC e ICV–EUiA han manifestado su voluntad de repetir, mientras que ERC, como ha pasado las dos anteriores veces opta públicamente por la equidistancia. En principio, ninguna novedad en relación a anteriores elecciones, sin embargo ––dejando de lado, que ya es mucho dejar, los resultados a la baja de los sondeos–– ahora mismo se está viviendo una grave discrepancia interna con motivo del impuesto de sucesiones PSC y ERC han pactado una sensible reducción del impuesto mientras que Iniciativa ya ha dicho que votará en contra. Esta ruidosa discrepancia interna, que no ha sido la primera y tampoco será la última, ¿es un impedimento definitivo para un tercer tripartito? Sería un error darlo por imposible, pero hay motivos para pensar que esta vez la alianza puede resultar más difícil de conseguir. Sobre todo porque al igual que el PSC hay mucho militante y votante disgustado con las que creen excesivas concesiones a ERC, en las filas republicanas pasa lo mismo en relación a los socialistas.

Otra dificultad para la repetición del tripartito vendría dada por el posible descenso del voto de Esquerra como consecuencia de la aparición de la candidatura de Reagrupament.cat y de la posibilidad de que Joan Laporta también se presente a las elecciones. Y si estas candidaturas pueden doler en ERC, habrá que ver cómo pueden afectar al PSC a las listas españolistas de la UPyD de Rosa Díez y las candidaturas xenófobas de la Plataforma por Cataluña pues es bastante sabido que en el resto de Europa, en situaciones de crisis, los partidos de extrema derecha recaudan votos entre los sectores sociales más perjudicados económica y laboralmente, explotando el miedo a los nuevos inmigrantes.

Finalmente, es evidente que el PSC no piensa gobernar con el PP, por más que CiU intente fomentar este temor. Visto todo esto, lo que ahora se preguntan los dirigentes socialistas es cómo lo tendrán que hacer para poder seguir en la Genrealitat. Y la respuesta no parece nada fácil de encontrar.

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