13/06/2010 - EL COMERCIO DIGITAL.COM - Asturias - Opinión Editorial - La subida de impuestos

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Opinión Editorial
La subida de impuestos
Publicado 13/06/2010

Aumentar la presión fiscal para satisfacer a IU es una operación política arriesgada

El Principado ha aprobado el proyecto de ley de ajuste económico y control del déficit público que incluye una amplia subida de tributos. El tramo autonómico del Impuesto sobre la Renta se incrementará en dos puntos (23,5%), hasta situar el tipo impositivo total en el 45% para los contribuyentes con unas percepciones superiores a los 100.000 euros, siendo el aumento de tres puntos para las rentas superiores a los 175.000 euros. El Impuesto de Sucesiones y Donaciones contemplará un aumento de uno o dos puntos en el caso de que las masas patrimoniales excedan de los 400.000 o los 800.000 euros, respectivamente. El Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales aumenta en un punto y él de Actos Jurídicos Documentados pasa del 1% al 1,2%. El canon de saneamiento del agua experimentará un alza del 10%; también a los vehículos más contaminantes se les aplicará un tipo del 16%, en vez del actual que es del 14,5%.

La lucha contra el déficit público es un objetivo incuestionable asumido por todos los socios de la UE. En el empeño por reequilibrar las cuentas es mucho más importante reducir gastos que acrecentar los tributos. La principal tarea de la Administración es recortar el volumen de sus presupuestos, adaptándolo a sus actuales recursos. Aumentar los impuestos no deja de ser una forma de descargar la responsabilidad del ajuste sobre los ciudadanos que deberán reducir su consumo, ya que la Administración no es capaz de recortar suficientemente el suyo. Puede admitirse el crecimiento de algunos tributos, siempre y cuando no provoquen efectos perversos como el crecimiento de costes en la industria, el retraimiento del consumo, la deslocalización de patrimonios y la opacidad de rentas. El paquete de medidas fiscales aprobado por el Principado no contiene cambios bruscos en los tipos impositivos, pero afecta a tantas figuras fiscales que puede ser visto como un punto de inflexión en la política tributaria, susceptible de ser continuado con nuevas alzas en los próximos ejercicios. Debe recordarse que no sólo los gobiernos ejecutan planes de consolidación fiscal, porque las familias y las empresas llevan dos años reorientando la gestión de sus cuentas ya que tienen un volumen de deuda comprometido muy superior al de las administraciones públicas.

La ventaja económica o presupuestaria de las alzas fiscales, cifrada en 40 millones por el Principado, no compensa el perjuicio político que causa en la imagen del Gobierno regional y traslada un mensaje peligroso a la sociedad. La subida de impuestos del Principado ha coincidido en el tiempo con alzas fiscales aprobadas en otras comunidades autónomas gobernadas por los socialistas. La coincidencia ideológica de los gobiernos no sirve para arropar las medidas del Principado. La descompensación de las cuentas públicas catalanas es muy superior a la asturiana. El modelo fiscal de Andalucía o Extremadura no puede servir de aval porque han cometido tantos excesos los gobiernos de esas regiones que es muy difícil dar el visto bueno a sus planes de aumentar ingresos.

El Gobierno regional ha decidido la subida de impuestos tras las desavenencias habidas con IU en torno a la rebaja del sueldo de los funcionarios. Para dificultar el hipotético abandono del Gobierno por parte del socio minoritario, se ha recurrido al discurso populista de hacer pagar a los ricos, como si la actual presión fiscal no contuviese ya suficientes elementos de progresividad. A IU no le bastan con las medidas aprobadas y pide que se siga el ejemplo de Extremadura: elevar el tipo impositivo del IRPF a los que ganan más de 60.000 euros. Antes de aceptar tal propuesta, los socialistas deben decidir si lo prioritario es reducir el déficit o dar una imagen izquierdista aún a costa de dañar a sectores de las clases medias que también están entre su electorado. Aceptar un cambio fiscal de ese tipo sería pagar un precio muy alto por mantener la coalición de Gobierno durante los meses que faltan de mandato.

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