14/04/2011 - EL DEBAT.CAT - ¡A las armas, penitentes!

EL DEBAT.CAT
¡A las armas, penitentes!
Publicado 14/04/2011
Albert de la Torre

Llega la Semana Santa. Pronto acabará la Cuaresma y nos podremos poner las botas. Durante el último mes, quien más quien menos ha tenido ocasión de hacer penitencia y, quien no la haya hecho, todavía está en ello, entre buñuelo y buñuelo.

La televisión emitirá películas sobre la vida y pasión de Cristo y nosotros sólo blasfemaremos si el Cristiano del Madrid marca algún gol más de la cuenta. Iremos a bendecir el palmón, veremos el ou com balla y compraremos la mona.

Son presagios de Semana Santa muy fáciles de hacer y, en los tiempos que vivimos, todavía oso hacer otros: Artur Mas ocupará el primer titular de cada telenotícies, se hablará menos de los recortes en TV3 y la instrucción relativa a la financiación irregular de CDC con la intermediación de Fèlix Millet estará sometida a un nuevo retraso.

Pobre CDC, crucificada entre Duran y López Tena, entre la cartera y la bandera, entre Ferrovial y Millet. Al pie de la cruz, rogando, la coral de la agrupación convergente de Nou Barris y Núria Feliu –los dos principales beneficiarios de los centenares de miles de euros que fueron a parar a la Fundación Trias Fargas y que, según su director del momento, protagonizaron importantes actividades para la recuperación musical de la patria.

Una procesión saldrá de la Ciutadella, camino de la playa. Exhibirá, adornada sólo con corona y mantilla, luciendo una pechuga tan reluciente como turgente, una imagen de Santa Maria Lapiedra, flanqueada por dos hileras de ogros tocados con una barretina como la de Jimmy Jump y haciendo el mismo tipo de saltitos a los que nos tiene acostumbrados y que tanta gracia hacen.

Precediendo a la comitiva, controlando que nada se desmadre, los armados, con el cepillo de escoba en el casco, una armadura reluciente y unas sandalias de pacotilla que sólo consiguen evidenciar el porqué del fin del Imperio.

Los armados llevan pendones con pruebas de las últimas conquistas: Puig levanta una señal de 80, Mas-Colell, las cartas de agradecimiento de los millonarios beneficiados por el impuesto de sucesiones, Ruiz distribuye escapularios y hace una colecta para los nuevos centros de beneficencia sanitaria. Duran, con un látigo, procura hacerlos formar.

Detrás los romanos, vestido sólo con una corona de espinas y azotándose la espalda, Xavier Trias va diciendo "después de presentarme dos veces y perder, a la tercera reharemos una reorganización radical de la Sagrera sin recortes" (probad a hacer como Trias, no es fácil) mientras el conseller Recoder lo empuja a cada poco mientras le reprocha que no hubiera impedido que el AVE atravesara Barcelona para que tuviera parada en Sant Cugat.

Cerrando la comitiva, como hace la autoridad, el centurión Mas –según él, sólo comparable con el Rey– saluda a ambos lados y ve a la multitud entre conmovida y enfurecida. En un acto de autoridad, levanta el brazo y grita: ¡a las armas, penitentes! Es entonces cuando miles de turistas, salidos de todas partes, se ponen aplaudirlo mientras berrean, "¡están locos estos romanos!".

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