06/04/2011 - EL CONFIDENCIAL - España - Mas desoye a su consejero de Economía y elimina el Impuesto de Sucesiones

EL CONFIDENCIAL
España
Mas desoye a su consejero de Economía y elimina el Impuesto de Sucesiones
Publicado 06/04/2011
A. Fernández
Barcelona

LA GENERALITAT DEJARÁ DE RECAUDAR 130 MILLONES

El presidente catalán, Artur Mas, eliminó ayer el Impuesto de Sucesiones para los parentescos en primer y segundo grado. Una medida, aprobada por el Gobierno catalán, con la que no todos están de acuerdo. El titular de Economía, Andreu Mas-Colell, por ejemplo, prefería que la iniciativa de eliminar el impuesto se retrasase hasta que la crisis económica amaine un poco, según fuentes solventes consultadas por El Confidencial. Estas fuentes indican que “ante la grave situación de las finanzas y la incógnita de los ingresos que la Generalitat tendrá este año, el consejero prefería posponer la medida. Le dijo a Mas en varias ocasiones que este tema, ‘ara, no toca’ (‘ahora, no toca’)”.

Pero, además, algunas de las fuentes aseguran que “Duran Lleida apretó mucho en este tema”. Fue precisamente Duran quien provocó una agria polémica al desvelas hace un par de semanas que el impuesto se eliminaría antes de las elecciones municipales. Desde algunos sectores convergentes, el líder democristiano fue criticado porque éste era un tema que debía anunciar el Gobierno y él, oficialmente, no es miembro del Ejecutivo. De hecho, sin embargo, era una de las promesas estrella que Convergència i Unió (CiU) había hecho durante la campaña electoral. La supresión supondrá que la Administración catalana dejará de recaudar este año 130 millones de euros.

Entre la oposición, la medida es mayoritariamente rechazada. Sólo el PP la apoya. El pasado 18 de febrero, los populares presentaron una proposición de ley en el Parlamento catalán que preveía una bonificación inmediata del 99’9% en el Impuesto de Sucesiones para los parientes directos. En una segunda fase, también se beneficiarían de la práctica eliminación los de tercer grado y esta medida debía ponerse en práctica no más allá del 31 de diciembre del 2013.

Con la medida, el Gobierno quiere “poner fin a la discriminación histórica que padecen los catalanes frente a los ciudadanos de otras comunidades”, como Madrid o la Comunidad Valenciana. Jordi Turull, portavoz de CiU en el Parlamento, justificó de esta manera la decisión y subrayo que “el Gobierno demuestra una vez más que es de palabra y de hechos y que cuando cumples generas confianza y esperanza.

No habrá acuerdo con los socialistas

Pero la decisión tomada ayer ha soliviantado a los partidos. “Con esta medida, el Gobierno cierra la puerta a cualquier acuerdo que pudiera haber sobre los presupuestos del 2011”, declaró el portavoz del PSC, Miquel Iceta, a El Confidencial. Los socialistas habían comunicado al Ejecutivo que no pensaban negociar nada si el impuesto se eliminaba. “Damos por sentado que no les interesa negociar con nosotros, por lo que deducimos que ya tienen algún tipo de acuerdo con el PP, porque no creo que sean tan irresponsables como para llevar adelante la medida sin haber llegado antes a un acuerdo con alguien”, añade el portavoz del PSC.

En el PP, se niega cualquier atisbo de pacto. “La eliminación del impuesto era una medida contenida en el punto número 485 de las propuestas de CiU, donde además decía que debía ser inmediata la supresión. Y en este aspecto, coinciden con nosotros. Pero eso no presupone un voto afirmativo en los presupuestos de la Generalitat, porque hemos de saber dónde y cómo quieren aplicar las tijeras. Y, de momento, no tenemos esta información”.

En Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) también se rechaza la supresión. “Con la reforma que hicimos el año pasado, sólo paga este impuesto un 6% de la población de Cataluña, unas 300 personas al año. Pero su recaudación varía entre los 350 y los 500 millones de euros anuales. Ésta es la tercera parte del déficit sanitario que tenemos, por lo que en una situación de crisis como la actual no es lo más correcto”, señala a este diario Ignasi Llorente, portavoz de ERC. La medida, claro, tendrá consecuencias. “Cuando quieran negociar los presupuestos, ya veremos con qué ingresos cuentan. Y nosotros no nos vamos a hacer corresponsables de una decisión de este calibre”, subraya Llorente.

Iceta también destaca que “este año tocan sacrificios, es evidente, pero hay principios que no se pueden aceptar. Con la supresión del Impuesto de Sucesiones se benefician sólo a unos pocos, que además ya eran los más privilegiados. Es cuestión de ética. Sí queremos austeridad, pero no queremos injusticia. En este terreno, no nos encontrarán”, afirma el portavoz socialista.

Para el portavoz de Ciudadanos, Jordi Cañas, la supresión del impuesto “es un intento de desviar la atención ante los recortes desorbitados en derechos sociales como sanidad, educación o justicia”. Y recordó que “a Mas le importa la ‘discriminación territorial’ en el impuesto de sucesiones, pero poco le importa que tengamos una discriminación en otros impuestos, como en el IRPF, donde tenemos el tramo autonómico más elevado, o en las desgravaciones fiscales de la declaración de la renta, donde tenemos las más bajas, o en el ITP, donde tenemos el tramo más alto. Por tanto, si está tan preocupado por la discriminación fiscal, sería bueno que empezara a corregirla en aquellos tributos que afectan a la mayoría de los ciudadanos de Cataluña”.

Los sindicatos UGT y CCOO también salieron ayer al paso de la medida con críticas acerbas. Pero el tema ha dado para más: la portavoz adjunta del PSC, Laia Bonet, manifestó ayer por la tarde que no sabía si la medida tomada “responde a una agenda personal desconocida o a una opción ideológica”. Y añadió enigmáticamente: “Queremos pensar que, si algún miembro del Gobierno puede resultar beneficiado, esperamos que se haya abstenido. Ellos sabrán en qué situación se encuentran y, por tanto, que lo habrán valorado con todo cuidado”. Sus insinuaciones (dirigidas directamente al presidente de la Generalitat), fueron contestadas a los pocos minutos por Turull, que le pidió “una aclaración y una rectificación porque la política la hacen las personas y las personas también son sentimientos. Hemos quedado absolutamente estupefactos y esperamos una rectificación porque esto no tiene precedentes en esta Cámara”. Turull rechazó las críticas de la oposición porque “rezuman demagogia”. Lo que pretendía ser el broche de oro de los primeros cien días, pues, ha sido el pistoletazo de salida para una legislatura que promete ser bronca.

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