06/03/2011 - Política - Rajoy: "Catalunya puede estar muy tranquila con Rajoy presidente"
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06/03/2011 - Política - Rajoy: "Catalunya puede estar muy tranquila con Rajoy presidente"
LA VANGUARDIA
Política
Rajoy: "Catalunya puede estar muy tranquila con Rajoy presidente"
Publicado 06/03/2011
José Antich, Director.
En precampaña permanente desde hace meses, Mariano Rajoy Brey (Santiago, 1955) se siente más cerca que nunca de una victoria en las urnas que le lleve a la Moncloa. Desde su despacho en la sede del PP en la calle Génova de Madrid, el presidente de los populares desgrana para La Vanguardia los ejes de su proyecto político. Si gana las próximas elecciones generales, Rajoy quiere, como quiso Artur Mas, estar al frente del gobierno de los mejores, pero sobre todo ofrecer a los españoles y a los mercados seriedad, seguridad y certidumbre. En su largo camino hacia la presidencia del Gobierno, la nueva prueba de fuego son las municipales y autonómicas del 22 de mayo.
En los últimos días el panorama ha vuelto a oscurecerse. Sube la inflación y los precios del petróleo. ¿Por qué el PP no apoya el plan de ahorro energético del Gobierno?
Son medidas improvisadas que no van a suponer un ahorro. Es lo mismo que cuando anunciaron que regalaban una bombilla a cada español. Ocurrencias. Lo que le pedimos al Gobierno es una política energética integral que tenga en cuenta todas las fuentes, incluida la nuclear. La energía en España es la cuarta más cara de la Unión Europea y eso afecta a la competitividad de nuestras empresas.
Mientras el Gobierno hace sus propuestas, al PP le reprochan no aportar alternativas. ¿Cree que los españoles saben a qué atenerse si gobierna el PP?
Por supuesto que sí. La prioridad del PP es la creación de empleo. Para crear empleo se necesita inversión y para eso hace falta confianza y crédito. Para que haya confianza se necesita un gobierno serio con un plan de legislatura que dé seguridad y certidumbre. Las bases del plan de gobierno serán la austeridad, avanzar hacia el déficit cero; ayudar a los emprendedores con medidas como bajar el impuesto de sociedades, el cumplimiento de la ley de morosidad; ayudar a los ayuntamientos para que paguen a los proveedores... También una política energética, reformar la justicia, garantizar la unidad de mercado y suprimir normativas que sobran tanto en la administración central como en las autonomías.
Lo que ofrece, básicamente, es otra política económica, pero hay elementos que no dependen del Gobierno, como el acceso al crédito. Son los bancos quienes lo niegan...
Las administraciones públicas han absorbido el grueso del crédito en los últimos dos años y ha bajado para las familias y empresas. Si la administración controlase su déficit público y no aumentase la deuda pública probablemente nos ahorraríamos ya muchos problemas. Además, no hay confianza ni seguridad y se ha perdido el tiempo en la reestructuración del sistema financiero. Y ahora las decisiones que se toman son equivocadas. En lugar de exigir una capitalización mayor de las cajas de ahorros, lo que se debería exigir es transparencia, saneamiento y luego capitalización. Por tanto, el Gobierno sí que puede tomar decisiones que afecten al crédito.
Dice que falta confianza. Las encuestas reflejan que los españoles no confían en el Gobierno, pero tampoco en la oposición.
La gente desconfía del Gobierno porque no ha estado a la altura y es lógico que eso se generalice al conjunto de la clase política. Tengo la total y absoluta convicción de que con un nuevo gobierno formado por personas serias y competentes que sepan lo que se traen entre manos, que termine con las ocurrencias y las improvisaciones, habría mucha más confianza en España que la que existe en este momento.
¿Una derrota del PSOE en las próximas elecciones municipales y autonómicas debería precipitar un adelanto electoral?
Las elecciones ya deberían haberse celebrado. En el debate sobre el estado de la nación del pasado junio le dije al presidente que había perdido el crédito y que debería pensar en convocar elecciones generales. Mi opinión es que España necesita un cambio político y el cambio sólo puede venir de unas elecciones, pero no insistiré. Es el presidente del Gobierno quien las convoca.
Entiendo que usted no quiera insistir, pero si el PSOE sufre una derrota significativa los españoles le estarán mandando un mensaje al presidente. ¿No cree que es prácticamente imposible de gestionar la legislatura desde mayo hasta marzo teniendo en cuenta que la crisis apremia?
Es un argumento más. Pero lo más importante es que España necesita un gobierno serio, competente, con unos objetivos claros, que dé seguridad, que no improvise… En materia de cajas vamos al sexto real decreto ley, en materia energética... que al final nos digan que la solución es ir a 110 km/h, pues, oiga, parece bastante poco serio. No hay un rumbo. Eso es lo que genera incertidumbre, inseguridad y falta de confianza.
¿Con quién preferiría enfrentarse las próximas elecciones generales como candidato del PSOE?
Mi capacidad de decidir sobre ese asunto es nula, así que es igual lo que yo piense. Lo que me preocupa en este momento no es el candidato del PSOE, sino lograr transmitir a los españoles que las cosas se pueden hacer mucho mejor, que hay una alternativa clara que es el PP y que hay una persona al frente que si merece la confianza de los españoles nombrará al gobierno de los mejores.
¿A quién salvaría del actual Gobierno?
Cuando un gobierno no está coordinado ni hay objetivos claros es muy difícil que las piezas funcionen. ¿Hay gente capaz? Sí, la hay, pero falta coordinación, objetivos y rumbo. Cada uno tira por su lado y eso hace muy difícil la interlocución. No me pida que le dé nombres. Los hay mejores y peores como en todas partes.
Pues hablemos de sus candidatos. ¿Por qué avala como candidato a Francisco Camps, a pesar de que en los próximos meses puede acabar sentado en el banquillo?
Por una única razón: creo que es una persona honrada.
¿Y los hechos?
Los tribunales dirán lo que tengan que decir, pero yo no me creo, y nadie se cree, que un presidente de una Generalitat se venda por tres trajes. No es creíble.
Álvarez-Cascos es otra cara problemática para el PP...
Ha sido una figura muy importante en el PP, pero si mi partido no atiende a mis pretensiones yo no lo abandonaría. Él sabrá lo que hace. Desde que soy presidente del PP jamás he cambiado a dedo a un dirigente. Todos los que están ahí han sido elegidos en un congreso. Creo que así funcionan bien las cosas.
Si María Dolores de Cospedal alcanza la presidencia de Castilla-La Mancha. ¿Seguiría en la secretaria general del PP?
Sería muy importante que tras treinta años de gobierno socialista, el único partido que ha gobernado en Castilla-La Mancha, ganara el PP. Creo que estamos en condiciones de hacerlo. Y no tengo intención de hacer ningún cambio. Ha habido gente que ha sido secretario general de este partido estando en el gobierno de España.
¿La fundación FAES de José María Aznar se ha convertido en el único pulmón programático del PP?
En absoluto. La FAES hace una labor importante, pero recibo muchas aportaciones desde fuera del partido. La principal obligación de quien aspira a gobernar su país es saber lo que le importa a la gente, sus inquietudes y sus problemas. También conocer las posibles soluciones a todo eso.
Un informe de la FAES alimenta la idea de convertir a las autonomías en el chivo expiatorio de la crisis. ¿Comparte esta visión?
Yo soy de los que creen profundamente en el Estado de las autonomías. Se reconoce la pluralidad de lo que es España y es eficaz en la prestación de servicios. Es cierto que, como en toda obra humana, se tienen que mejorar algunas cosas como volver al déficit cero. La deuda de las autonomías existe porque el Gobierno socialista se lo ha permitido. Lo que hace falta ahora es colaboración y entendimiento para ir al déficit cero y no gastar lo que no tenemos.
Es del todo evidente que las autonomías no atraviesan la mejor época desde el punto de vista de la percepción de la ciudadanía y a eso debe contribuir mucha gente, entre ellos los políticos...
Quizás las autonomías no atraviesan su mejor momento, pero la administración central está peor todavía. Alguien tiene que liderar en una situación de crisis y el Gobierno no lo ha hecho. El grueso de ese déficit público es del Estado y no de sus administraciones autonómicas ni de los ayuntamientos. España debe ir a una situación de equilibrio presupuestario; para mí eso es capital. Tanto para la administración del estado como las autonómicas.
¿Repetiría en el 2011 lo que fue denominado, en el inicio de la transición, el café para todos?
Plantear ahora una estructura del Estado distinta no tiene ningún sentido. Pero sí hay dos o tres cosas que hay que hacer. La primera y capital es que nadie puede gastar por encima de lo que tiene y las administraciones públicas en España gastan demasiado. Se necesita una ley de estabilidad presupuestaria. Ya lo hemos propuesto en Catalunya y sería bueno que el señor Mas atendiera esa propuesta. Luego, hay que preservar la unidad de mercado. No podemos tener 17 normas distintas en temas importantes. No hay que imponerlo, sino
razonar. Ha llegado la etapa de la cooperación. El otro día el conseller de Economia de la Generalitat, el señor Mas-Colell, dijo que autonomías y Estado debían colaborar para reducir el gasto en medicamentos. Esa es la vía para los próximos años, entenderse.
Cuando se habla de cooperación hay sectores de Catalunya o el País Vasco que la perciben como una pérdida de competencias, experiencia en mano, claro.
No tiene por qué ser así. Si España tiene un problema de deuda pública y de déficit público que afecta a todos, debemos colaborar: la administración central, las autonomías y los ayuntamientos. Para reducir el coste de la sanidad, podemos cooperar; en materia de turismo –que supone el 10% del PIB español– podemos hacer un esfuerzo conjunto en lugar de esfuerzos parciales de las autonomías... Hay muchas cosas que siendo más grandes se pueden hacer mejor. Entendimiento y diálogo, eso lo que toca en los próximos años.
O sea, que desde el punto de vista competencial, Catalunya puede estar tranquila con un presidente que se llame Mariano Rajoy.
Absolutamente tranquila. Catalunya y todo el mundo. Replantear ahora el actual modelo de Estado es un disparate. Hacer una revolución ahí no tiene ningún sentido.
Antes hablaba del gobierno de los mejores. Ese es el espíritu que Artur Mas ha tratado de llevar a su gobierno con el 25% de independientes. ¿Qué opinión le merece el president y el nuevo Govern?
Este gobierno es mejor que el anterior. Se ha encontrado con una herencia económica difícil: una deuda importante y una situación de déficit dura: el 3,6%. Tiene que explicar a la gente cuáles son los problemas que hereda y ponerse a trabajar. El PP le ha hecho propuestas: la supresión del 30% de los organismos y empresas públicas, una ley de equilibrio presupuestario, la supresión del impuesto de sucesiones... Lo que yo haría ahora en Catalunya es dar prioridad al apoyo a las pymes y los autónomos y controlar el gasto público.
La impresión es que se toman medidas muy radicales para reducir el déficit.
No es fácil ni va a contentar a todos. Un gobierno que contenta a todos es un gobierno del que hay que desconfiar. La clave es saber priorizar y acertar con los recortes. Yo nunca haría recortes ni en sanidad ni educación.
Crece la demanda de un pacto fiscal para Catalunya. ¿Es consciente?
Sí, pero todavía no está planteado. Se anuncia para dentro de un año y escucharemos atentamente a todo el mundo. Ahora la manera de mejorar el modelo de financiación de Catalunya es una política económica que cree empleo. Cuando hay empleo se gasta menos en subsidios, se aumenta la recaudación del IRPF, del IVA, del impuesto de sociedades…
¿Cómo ve al PP en Catalunya?
Han tomado decisiones sensatas y razonables. Después de los mejores resultados de la historia en las autonómicas, espero que en las municipales el PP tenga la oportunidad de demostrar que sabe gobernar.
El ruido que a veces llega desde fuera de Catalunya, incluso del mismo partido, no les ayuda demasiado a mantener una actividad política en positivo...
Hacer anticatalanismo fuera no es bueno; el antiespañolismo en Catalunya, tampoco.
A veces da la impresión de que el anticatalanismo era la gasolina imprescindible para ganar unas elecciones en España.
Yo no lo veo así. Y en estos momentos menos. Lo peor que le puede ocurrir a Catalunya es que haya en España un gobierno débil. Quien primero sufre las consecuencias son las zonas con mayor tradición empresarial y de generación de riqueza.
Muchos apuntan a Catalunya, pero hay cierto mimetismo en la conducta del resto de las comunidades. Catalunya pidió endeudarse y parece que ahora todos lo quieran.
Hay unas normas fijadas por el Consejo de Política Fiscal y Financiera para que quien sobrepase determinado déficit sólo sea autorizado a endeudarse si presenta un plan creíble para eso. Había tres o cuatro comunidades en esa situación. Castilla-La Mancha, Baleares, Catalunya y Murcia.
¿Cree que España todavía está en riesgo de intervención por el directorio europeo? Esta semana Angela Merkel estuvo en Portugal y los mensajes que llegan son bastante negativos.
España no necesita ningún rescate. Tenemos que preocuparnos de hacer bien nuestros deberes, controlar el déficit, no aumentar más de lo razonable la deuda pública, resolver bien el sistema financiero y hacer una política reformista. Y en Europa debe haber reglas del juego claras sobre el fondo de rescate, equilibrio presupuestario y reformas para la competitividad. Buena parte de los males de Europa viene por la ruptura del pacto de estabilidad
y crecimiento en el año 2008 y 2009.
¿Apoya el plan de la señora Merkel de vincular salarios y productividad?
Apoyo cualquier cosa que sirva para crearempleo. En España hay una legislación laboral demasiado rígida…
Se acaba de cambiar.
Todo el mundo sabe que la reforma laboral que se ha hecho no sirve para nada. Lo más importante es el cambio en la negociación colectiva. Soy partidario de convenios a nivel nacional que tengan en cuenta las líneas generales de evolución de la economía y las necesidades de cada sector, y luego convenios a nivel de empresa. Si tuviéramos una legislación laboral más flexible, probablemente no habría tanta gente en paro. El empresario no quiere echar gente sino crecer, contratar gente que trabaje más y produzca más, pero necesita una cierta flexibilidad.
Empresas y expertos defienden ligar salarios y productividad. Creen que eso situaría a España a un ritmo diferente, conceptualmente rompería una tradición…
Estoy de acuerdo. No se puede decir que el salario tenga que subir el IPC porque sí. Todo lo que sea acabar con las rigideces de nuestro mercado laboral necesariamente tiene que ser bien recibido. Y además es lo que se está haciendo en todo el mundo. No darse cuenta de dónde va el mundo o retrasar las reformas no conduce a nada.
Decir que en estos momentos España es dependiente en Europa de Alemania y Francia, y de Estados Unidos y de China. ¿Es una exageración o una realidad?
España es dependiente de lo que pasa en el mundo, como cualquier país, pero sobre todo depende de la política que seamos capaces de hacer en casa. El 70% de nuestras exportaciones las hacemos a Francia y Alemania. Que esos países vayan bien, lógicamente nos conviene; como Estados Unidos. Pero la prioridad es arreglar primero nuestra casa. Luego, si el mundo va bien, mejor para nosotros.
Hablemos de inmigración. El PP ha tomado protagonismo con su candidato en Badalona. En Madrid y Valencia el PP apenas habla de inmigración a pesar de que en las afueras de la capital está la Cañada Real con miles de inmigrantes que viven en chabolas. ¿Por qué el PP no trata de hacer una política de inmigración general en lugar de focalizarla en determinados municipios?
El problema de la inmigración no se ve de la misma manera en Catalunya que en otras comunidades. En Pontevedra, por ejemplo, no existe ningún problema. En Catalunya preocupa mucho a la gente, mientras que en Madrid el tema se nota mucho menos, probablemente por el origen de los inmigrantes.
Ya. Pero en Catalunya no hay cotos cerrados, se ha optado por la integración. En otros sitios se apuesta por el aislamiento.
Yo estoy a favor de la integración y me parece un tema capital. Cuando planteo el contrato de integración, que ya existe en otros países de la UE, creo que hago una aportación positiva. Usted viene de fuera y tiene los mismos derechos y las mismas oportunidades, pero tiene también los mismos deberes y obligaciones. Tienen que saber que aquí hay unas leyes y determinadas pautas de comportamiento. La clave de cualquier política de inmigración inteligente es integrar.
¿Se deben hacer cambios en la política de inmigración desde el punto de vista de la atención sanitaria, el arraigo...?
Lo que necesitamos son reglas iguales en toda Europa. Iguales. No parecidas. Una policía europea de fronteras, convenios de retorno de extranjeros de la UE, normas iguales de integración...
¿Cree que Sortu, la refundación de Herri Batasuna, puede estar en las eleccionesmunicipales?
Son una franquicia de ETA. Creo que no deberían estar en las elecciones municipales y en eso coincido plenamente con la posición del Gobierno, la Fiscalía y la abogacía del Estado.
Si lo lograran, ¿podría tener algún efecto en el Gobierno vasco?
No. El Gobierno ha cumplido con su obligación. Lógicamente, quien tiene que decidir ahora es el Supremo y lo hará con total y absoluta independencia. Apoyo y apoyaré la política antiterrorista del Gobierno porque me parece bien, aunque a algunos no les guste.
¿Incluye también en esta moderación la búsqueda de acuerdos con el PNV en el País Vasco a medio plazo?
El PP se puede entender con cualquier fuerza política. En la pasada legislatura, perdíamos todas las votaciones en el Congreso. En esta legislatura hemos pactado muchas cosas en materia económica con otros grupos. El criterio siempre es el programa. En el País Vasco hemos pactado con el PSOE y en Catalunya podremos pactar con el PSOE, CiU o cualquier fuerza política.
¿Qué impresión tiene de las revueltas en el mundo árabe?
La inestabilidad política en una zona tan importante para nosotros como el Mediterráneo no es buena porque tiene repercusiones políticas y económicas. La clave es que hubiera una evolución pacífica, un proceso de reformas en esos países hacia regímenes más respetuosos con la libertad y los derechos humanos. Túnez y Egipto parecen ir en esa línea. Lo de Libia es más complicado.
¿Cómo se explica que quienes hace tres meses eran recibidos por los jefes de Estado, de golpe pasen a ser apestados?
En política exterior hay que entenderse incluso con aquellos que no comparten tus valores y estimularles para que vayan hacia sociedades de democracia y libertad.
Desde este punto vista, ¿dónde situaría la visita de Zapatero al Golfo y Túnez?
No me parece mal que fuera a Túnez a defender un proceso de reformas. Pero el presidente del Gobierno ha hecho poca política exterior y poco comprensible. Ha estado más pendiente de iniciativas como la Alianza de Civilizaciones, que no ha servido para nada, que de apostar por más Europa, defender nuestros intereses y ganarse el crédito para que España sea un país importante en el mundo.
¿Le preocupan Ceuta y Melilla en este conflicto?
No hay nada que discutir, ni que hablar o preocuparse. Eso es España.
¿Qué margen hay en un escenario en el que España queda en medio de las turbulencias de África y la fortificación germánica?
Lo primero es ganarte el respeto de los demás por hacer bien las cosas en tu país. Hemos pasado del milagro español a que nuestros empresarios tengan que dar explicaciones sobre la situación política. Lo primero es Europa y el Mediterráneo y luego Iberoamérica, sin olvidarse de India y China...
Leer aquí: http://www.lavanguardia.es/politica/20110306/54122798381/rajoy-catalunya-puede-estar-muy-tranquila-con-rajoy-presidente.html
Política
Rajoy: "Catalunya puede estar muy tranquila con Rajoy presidente"
Publicado 06/03/2011
José Antich, Director.
En precampaña permanente desde hace meses, Mariano Rajoy Brey (Santiago, 1955) se siente más cerca que nunca de una victoria en las urnas que le lleve a la Moncloa. Desde su despacho en la sede del PP en la calle Génova de Madrid, el presidente de los populares desgrana para La Vanguardia los ejes de su proyecto político. Si gana las próximas elecciones generales, Rajoy quiere, como quiso Artur Mas, estar al frente del gobierno de los mejores, pero sobre todo ofrecer a los españoles y a los mercados seriedad, seguridad y certidumbre. En su largo camino hacia la presidencia del Gobierno, la nueva prueba de fuego son las municipales y autonómicas del 22 de mayo.
En los últimos días el panorama ha vuelto a oscurecerse. Sube la inflación y los precios del petróleo. ¿Por qué el PP no apoya el plan de ahorro energético del Gobierno?
Son medidas improvisadas que no van a suponer un ahorro. Es lo mismo que cuando anunciaron que regalaban una bombilla a cada español. Ocurrencias. Lo que le pedimos al Gobierno es una política energética integral que tenga en cuenta todas las fuentes, incluida la nuclear. La energía en España es la cuarta más cara de la Unión Europea y eso afecta a la competitividad de nuestras empresas.
Mientras el Gobierno hace sus propuestas, al PP le reprochan no aportar alternativas. ¿Cree que los españoles saben a qué atenerse si gobierna el PP?
Por supuesto que sí. La prioridad del PP es la creación de empleo. Para crear empleo se necesita inversión y para eso hace falta confianza y crédito. Para que haya confianza se necesita un gobierno serio con un plan de legislatura que dé seguridad y certidumbre. Las bases del plan de gobierno serán la austeridad, avanzar hacia el déficit cero; ayudar a los emprendedores con medidas como bajar el impuesto de sociedades, el cumplimiento de la ley de morosidad; ayudar a los ayuntamientos para que paguen a los proveedores... También una política energética, reformar la justicia, garantizar la unidad de mercado y suprimir normativas que sobran tanto en la administración central como en las autonomías.
Lo que ofrece, básicamente, es otra política económica, pero hay elementos que no dependen del Gobierno, como el acceso al crédito. Son los bancos quienes lo niegan...
Las administraciones públicas han absorbido el grueso del crédito en los últimos dos años y ha bajado para las familias y empresas. Si la administración controlase su déficit público y no aumentase la deuda pública probablemente nos ahorraríamos ya muchos problemas. Además, no hay confianza ni seguridad y se ha perdido el tiempo en la reestructuración del sistema financiero. Y ahora las decisiones que se toman son equivocadas. En lugar de exigir una capitalización mayor de las cajas de ahorros, lo que se debería exigir es transparencia, saneamiento y luego capitalización. Por tanto, el Gobierno sí que puede tomar decisiones que afecten al crédito.
Dice que falta confianza. Las encuestas reflejan que los españoles no confían en el Gobierno, pero tampoco en la oposición.
La gente desconfía del Gobierno porque no ha estado a la altura y es lógico que eso se generalice al conjunto de la clase política. Tengo la total y absoluta convicción de que con un nuevo gobierno formado por personas serias y competentes que sepan lo que se traen entre manos, que termine con las ocurrencias y las improvisaciones, habría mucha más confianza en España que la que existe en este momento.
¿Una derrota del PSOE en las próximas elecciones municipales y autonómicas debería precipitar un adelanto electoral?
Las elecciones ya deberían haberse celebrado. En el debate sobre el estado de la nación del pasado junio le dije al presidente que había perdido el crédito y que debería pensar en convocar elecciones generales. Mi opinión es que España necesita un cambio político y el cambio sólo puede venir de unas elecciones, pero no insistiré. Es el presidente del Gobierno quien las convoca.
Entiendo que usted no quiera insistir, pero si el PSOE sufre una derrota significativa los españoles le estarán mandando un mensaje al presidente. ¿No cree que es prácticamente imposible de gestionar la legislatura desde mayo hasta marzo teniendo en cuenta que la crisis apremia?
Es un argumento más. Pero lo más importante es que España necesita un gobierno serio, competente, con unos objetivos claros, que dé seguridad, que no improvise… En materia de cajas vamos al sexto real decreto ley, en materia energética... que al final nos digan que la solución es ir a 110 km/h, pues, oiga, parece bastante poco serio. No hay un rumbo. Eso es lo que genera incertidumbre, inseguridad y falta de confianza.
¿Con quién preferiría enfrentarse las próximas elecciones generales como candidato del PSOE?
Mi capacidad de decidir sobre ese asunto es nula, así que es igual lo que yo piense. Lo que me preocupa en este momento no es el candidato del PSOE, sino lograr transmitir a los españoles que las cosas se pueden hacer mucho mejor, que hay una alternativa clara que es el PP y que hay una persona al frente que si merece la confianza de los españoles nombrará al gobierno de los mejores.
¿A quién salvaría del actual Gobierno?
Cuando un gobierno no está coordinado ni hay objetivos claros es muy difícil que las piezas funcionen. ¿Hay gente capaz? Sí, la hay, pero falta coordinación, objetivos y rumbo. Cada uno tira por su lado y eso hace muy difícil la interlocución. No me pida que le dé nombres. Los hay mejores y peores como en todas partes.
Pues hablemos de sus candidatos. ¿Por qué avala como candidato a Francisco Camps, a pesar de que en los próximos meses puede acabar sentado en el banquillo?
Por una única razón: creo que es una persona honrada.
¿Y los hechos?
Los tribunales dirán lo que tengan que decir, pero yo no me creo, y nadie se cree, que un presidente de una Generalitat se venda por tres trajes. No es creíble.
Álvarez-Cascos es otra cara problemática para el PP...
Ha sido una figura muy importante en el PP, pero si mi partido no atiende a mis pretensiones yo no lo abandonaría. Él sabrá lo que hace. Desde que soy presidente del PP jamás he cambiado a dedo a un dirigente. Todos los que están ahí han sido elegidos en un congreso. Creo que así funcionan bien las cosas.
Si María Dolores de Cospedal alcanza la presidencia de Castilla-La Mancha. ¿Seguiría en la secretaria general del PP?
Sería muy importante que tras treinta años de gobierno socialista, el único partido que ha gobernado en Castilla-La Mancha, ganara el PP. Creo que estamos en condiciones de hacerlo. Y no tengo intención de hacer ningún cambio. Ha habido gente que ha sido secretario general de este partido estando en el gobierno de España.
¿La fundación FAES de José María Aznar se ha convertido en el único pulmón programático del PP?
En absoluto. La FAES hace una labor importante, pero recibo muchas aportaciones desde fuera del partido. La principal obligación de quien aspira a gobernar su país es saber lo que le importa a la gente, sus inquietudes y sus problemas. También conocer las posibles soluciones a todo eso.
Un informe de la FAES alimenta la idea de convertir a las autonomías en el chivo expiatorio de la crisis. ¿Comparte esta visión?
Yo soy de los que creen profundamente en el Estado de las autonomías. Se reconoce la pluralidad de lo que es España y es eficaz en la prestación de servicios. Es cierto que, como en toda obra humana, se tienen que mejorar algunas cosas como volver al déficit cero. La deuda de las autonomías existe porque el Gobierno socialista se lo ha permitido. Lo que hace falta ahora es colaboración y entendimiento para ir al déficit cero y no gastar lo que no tenemos.
Es del todo evidente que las autonomías no atraviesan la mejor época desde el punto de vista de la percepción de la ciudadanía y a eso debe contribuir mucha gente, entre ellos los políticos...
Quizás las autonomías no atraviesan su mejor momento, pero la administración central está peor todavía. Alguien tiene que liderar en una situación de crisis y el Gobierno no lo ha hecho. El grueso de ese déficit público es del Estado y no de sus administraciones autonómicas ni de los ayuntamientos. España debe ir a una situación de equilibrio presupuestario; para mí eso es capital. Tanto para la administración del estado como las autonómicas.
¿Repetiría en el 2011 lo que fue denominado, en el inicio de la transición, el café para todos?
Plantear ahora una estructura del Estado distinta no tiene ningún sentido. Pero sí hay dos o tres cosas que hay que hacer. La primera y capital es que nadie puede gastar por encima de lo que tiene y las administraciones públicas en España gastan demasiado. Se necesita una ley de estabilidad presupuestaria. Ya lo hemos propuesto en Catalunya y sería bueno que el señor Mas atendiera esa propuesta. Luego, hay que preservar la unidad de mercado. No podemos tener 17 normas distintas en temas importantes. No hay que imponerlo, sino
razonar. Ha llegado la etapa de la cooperación. El otro día el conseller de Economia de la Generalitat, el señor Mas-Colell, dijo que autonomías y Estado debían colaborar para reducir el gasto en medicamentos. Esa es la vía para los próximos años, entenderse.
Cuando se habla de cooperación hay sectores de Catalunya o el País Vasco que la perciben como una pérdida de competencias, experiencia en mano, claro.
No tiene por qué ser así. Si España tiene un problema de deuda pública y de déficit público que afecta a todos, debemos colaborar: la administración central, las autonomías y los ayuntamientos. Para reducir el coste de la sanidad, podemos cooperar; en materia de turismo –que supone el 10% del PIB español– podemos hacer un esfuerzo conjunto en lugar de esfuerzos parciales de las autonomías... Hay muchas cosas que siendo más grandes se pueden hacer mejor. Entendimiento y diálogo, eso lo que toca en los próximos años.
O sea, que desde el punto de vista competencial, Catalunya puede estar tranquila con un presidente que se llame Mariano Rajoy.
Absolutamente tranquila. Catalunya y todo el mundo. Replantear ahora el actual modelo de Estado es un disparate. Hacer una revolución ahí no tiene ningún sentido.
Antes hablaba del gobierno de los mejores. Ese es el espíritu que Artur Mas ha tratado de llevar a su gobierno con el 25% de independientes. ¿Qué opinión le merece el president y el nuevo Govern?
Este gobierno es mejor que el anterior. Se ha encontrado con una herencia económica difícil: una deuda importante y una situación de déficit dura: el 3,6%. Tiene que explicar a la gente cuáles son los problemas que hereda y ponerse a trabajar. El PP le ha hecho propuestas: la supresión del 30% de los organismos y empresas públicas, una ley de equilibrio presupuestario, la supresión del impuesto de sucesiones... Lo que yo haría ahora en Catalunya es dar prioridad al apoyo a las pymes y los autónomos y controlar el gasto público.
La impresión es que se toman medidas muy radicales para reducir el déficit.
No es fácil ni va a contentar a todos. Un gobierno que contenta a todos es un gobierno del que hay que desconfiar. La clave es saber priorizar y acertar con los recortes. Yo nunca haría recortes ni en sanidad ni educación.
Crece la demanda de un pacto fiscal para Catalunya. ¿Es consciente?
Sí, pero todavía no está planteado. Se anuncia para dentro de un año y escucharemos atentamente a todo el mundo. Ahora la manera de mejorar el modelo de financiación de Catalunya es una política económica que cree empleo. Cuando hay empleo se gasta menos en subsidios, se aumenta la recaudación del IRPF, del IVA, del impuesto de sociedades…
¿Cómo ve al PP en Catalunya?
Han tomado decisiones sensatas y razonables. Después de los mejores resultados de la historia en las autonómicas, espero que en las municipales el PP tenga la oportunidad de demostrar que sabe gobernar.
El ruido que a veces llega desde fuera de Catalunya, incluso del mismo partido, no les ayuda demasiado a mantener una actividad política en positivo...
Hacer anticatalanismo fuera no es bueno; el antiespañolismo en Catalunya, tampoco.
A veces da la impresión de que el anticatalanismo era la gasolina imprescindible para ganar unas elecciones en España.
Yo no lo veo así. Y en estos momentos menos. Lo peor que le puede ocurrir a Catalunya es que haya en España un gobierno débil. Quien primero sufre las consecuencias son las zonas con mayor tradición empresarial y de generación de riqueza.
Muchos apuntan a Catalunya, pero hay cierto mimetismo en la conducta del resto de las comunidades. Catalunya pidió endeudarse y parece que ahora todos lo quieran.
Hay unas normas fijadas por el Consejo de Política Fiscal y Financiera para que quien sobrepase determinado déficit sólo sea autorizado a endeudarse si presenta un plan creíble para eso. Había tres o cuatro comunidades en esa situación. Castilla-La Mancha, Baleares, Catalunya y Murcia.
¿Cree que España todavía está en riesgo de intervención por el directorio europeo? Esta semana Angela Merkel estuvo en Portugal y los mensajes que llegan son bastante negativos.
España no necesita ningún rescate. Tenemos que preocuparnos de hacer bien nuestros deberes, controlar el déficit, no aumentar más de lo razonable la deuda pública, resolver bien el sistema financiero y hacer una política reformista. Y en Europa debe haber reglas del juego claras sobre el fondo de rescate, equilibrio presupuestario y reformas para la competitividad. Buena parte de los males de Europa viene por la ruptura del pacto de estabilidad
y crecimiento en el año 2008 y 2009.
¿Apoya el plan de la señora Merkel de vincular salarios y productividad?
Apoyo cualquier cosa que sirva para crearempleo. En España hay una legislación laboral demasiado rígida…
Se acaba de cambiar.
Todo el mundo sabe que la reforma laboral que se ha hecho no sirve para nada. Lo más importante es el cambio en la negociación colectiva. Soy partidario de convenios a nivel nacional que tengan en cuenta las líneas generales de evolución de la economía y las necesidades de cada sector, y luego convenios a nivel de empresa. Si tuviéramos una legislación laboral más flexible, probablemente no habría tanta gente en paro. El empresario no quiere echar gente sino crecer, contratar gente que trabaje más y produzca más, pero necesita una cierta flexibilidad.
Empresas y expertos defienden ligar salarios y productividad. Creen que eso situaría a España a un ritmo diferente, conceptualmente rompería una tradición…
Estoy de acuerdo. No se puede decir que el salario tenga que subir el IPC porque sí. Todo lo que sea acabar con las rigideces de nuestro mercado laboral necesariamente tiene que ser bien recibido. Y además es lo que se está haciendo en todo el mundo. No darse cuenta de dónde va el mundo o retrasar las reformas no conduce a nada.
Decir que en estos momentos España es dependiente en Europa de Alemania y Francia, y de Estados Unidos y de China. ¿Es una exageración o una realidad?
España es dependiente de lo que pasa en el mundo, como cualquier país, pero sobre todo depende de la política que seamos capaces de hacer en casa. El 70% de nuestras exportaciones las hacemos a Francia y Alemania. Que esos países vayan bien, lógicamente nos conviene; como Estados Unidos. Pero la prioridad es arreglar primero nuestra casa. Luego, si el mundo va bien, mejor para nosotros.
Hablemos de inmigración. El PP ha tomado protagonismo con su candidato en Badalona. En Madrid y Valencia el PP apenas habla de inmigración a pesar de que en las afueras de la capital está la Cañada Real con miles de inmigrantes que viven en chabolas. ¿Por qué el PP no trata de hacer una política de inmigración general en lugar de focalizarla en determinados municipios?
El problema de la inmigración no se ve de la misma manera en Catalunya que en otras comunidades. En Pontevedra, por ejemplo, no existe ningún problema. En Catalunya preocupa mucho a la gente, mientras que en Madrid el tema se nota mucho menos, probablemente por el origen de los inmigrantes.
Ya. Pero en Catalunya no hay cotos cerrados, se ha optado por la integración. En otros sitios se apuesta por el aislamiento.
Yo estoy a favor de la integración y me parece un tema capital. Cuando planteo el contrato de integración, que ya existe en otros países de la UE, creo que hago una aportación positiva. Usted viene de fuera y tiene los mismos derechos y las mismas oportunidades, pero tiene también los mismos deberes y obligaciones. Tienen que saber que aquí hay unas leyes y determinadas pautas de comportamiento. La clave de cualquier política de inmigración inteligente es integrar.
¿Se deben hacer cambios en la política de inmigración desde el punto de vista de la atención sanitaria, el arraigo...?
Lo que necesitamos son reglas iguales en toda Europa. Iguales. No parecidas. Una policía europea de fronteras, convenios de retorno de extranjeros de la UE, normas iguales de integración...
¿Cree que Sortu, la refundación de Herri Batasuna, puede estar en las eleccionesmunicipales?
Son una franquicia de ETA. Creo que no deberían estar en las elecciones municipales y en eso coincido plenamente con la posición del Gobierno, la Fiscalía y la abogacía del Estado.
Si lo lograran, ¿podría tener algún efecto en el Gobierno vasco?
No. El Gobierno ha cumplido con su obligación. Lógicamente, quien tiene que decidir ahora es el Supremo y lo hará con total y absoluta independencia. Apoyo y apoyaré la política antiterrorista del Gobierno porque me parece bien, aunque a algunos no les guste.
¿Incluye también en esta moderación la búsqueda de acuerdos con el PNV en el País Vasco a medio plazo?
El PP se puede entender con cualquier fuerza política. En la pasada legislatura, perdíamos todas las votaciones en el Congreso. En esta legislatura hemos pactado muchas cosas en materia económica con otros grupos. El criterio siempre es el programa. En el País Vasco hemos pactado con el PSOE y en Catalunya podremos pactar con el PSOE, CiU o cualquier fuerza política.
¿Qué impresión tiene de las revueltas en el mundo árabe?
La inestabilidad política en una zona tan importante para nosotros como el Mediterráneo no es buena porque tiene repercusiones políticas y económicas. La clave es que hubiera una evolución pacífica, un proceso de reformas en esos países hacia regímenes más respetuosos con la libertad y los derechos humanos. Túnez y Egipto parecen ir en esa línea. Lo de Libia es más complicado.
¿Cómo se explica que quienes hace tres meses eran recibidos por los jefes de Estado, de golpe pasen a ser apestados?
En política exterior hay que entenderse incluso con aquellos que no comparten tus valores y estimularles para que vayan hacia sociedades de democracia y libertad.
Desde este punto vista, ¿dónde situaría la visita de Zapatero al Golfo y Túnez?
No me parece mal que fuera a Túnez a defender un proceso de reformas. Pero el presidente del Gobierno ha hecho poca política exterior y poco comprensible. Ha estado más pendiente de iniciativas como la Alianza de Civilizaciones, que no ha servido para nada, que de apostar por más Europa, defender nuestros intereses y ganarse el crédito para que España sea un país importante en el mundo.
¿Le preocupan Ceuta y Melilla en este conflicto?
No hay nada que discutir, ni que hablar o preocuparse. Eso es España.
¿Qué margen hay en un escenario en el que España queda en medio de las turbulencias de África y la fortificación germánica?
Lo primero es ganarte el respeto de los demás por hacer bien las cosas en tu país. Hemos pasado del milagro español a que nuestros empresarios tengan que dar explicaciones sobre la situación política. Lo primero es Europa y el Mediterráneo y luego Iberoamérica, sin olvidarse de India y China...
Leer aquí: http://www.lavanguardia.es/politica/20110306/54122798381/rajoy-catalunya-puede-estar-muy-tranquila-con-rajoy-presidente.html
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