01/12/2010 - EL PLURAL.COM - Artículos de opinión - Acoso imparable del neoliberalismo

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Acoso imparable del neoliberalismo
Publicado 01/12/2010
MARC LLORENTE, periodista y crítico de espectáculos

Ver, oír y gritar

Cada consulta electoral tiene su propio carácter. Pero se puede decir que Rodríguez Zapatero ha recibido un golpe en el mentón a través de Montilla. En el PP se ha incidido en que los resultados de las elecciones catalanas serían determinantes para conformar la agenda, el calendario y las políticas que se apliquen en España.

Sólo les mueve el interés por la disolución de las Cortes y lograr la victoria en las urnas en nombre de un cambio político consistente en aumentar las medidas impopulares a base de mayores recortes. Las reformas, la austeridad y la cohesión social se conciben como un modo de amplificar el agobio de los ciudadanos.

El presidente Montilla advirtió de que había enterrado la etapa del tripartito, en aras de la coherencia, y proclamó la necesidad de volver al camino del crecimiento económico y de la defensa de una Cataluña que tienda puentes con España para seguir avanzando con un gobierno de izquierdas. La desencantada “mayoría socialista” no ha respondido.

Montilla tiró la toalla antes de la votación y ya daba por perdido el Palacio de la Presidencia ante la presumible victoria de CIU y, en concreto, de Artur Mas. Es decir, los guerreros del socialismo parecen rendirse y no creer en sus valores. Una mayor acción social, la atención al medio ambiente -uno de los motores de desarrollo económico a tener en cuenta- y una salida justa de la crisis se diluyen en beneficio de las tortas a los trabajadores y de la piedra y el hormigón de las políticas de derechas.

La crisis y el endeudamiento azotan por todos los rincones del mapa, incluida Cataluña. Es previsible que el rumbo del nuevo Govern se centre en un modelo económico que mantenga la construcción y ceda el paso a los empresarios. Obviamente se necesita la recuperación del potencial de la industria catalana para reducir el desempleo.

Por mucho que se haya invertido en ellas, las infraestructuras siempre son necesarias. El déficit, sin embargo, frena las posibilidades en la próxima legislatura. Ya sabemos que la prosperidad, sostenible, claro, se descompone por culpa de los números rojos. Ellos mandan y la gente de a pie paga las consecuencias bajo la supervisión de los jerifaltes de turno.

La inmigración no requiere puntapiés indiscriminados en la retaguardia, sino ajustes y ahondar en políticas integradoras. Eso de aceptar un “compromiso de ciudadanía”, que implique adecuación a las costumbres catalanas, huele al “contrato de integración” de los populares. El respeto a la ley es suficiente. Lo demás es puro y simple caciquismo.

Por otra parte, el vínculo de Cataluña con España, tras la sentencia sobre el Estatut, tiene grietas que nutren a las formaciones independentistas. Las reglas del juego pueden revisarse en pro de un pacto que resuelva el nivel de competencias, la gestión de los recursos económicos u otras reivindicaciones. El concierto económico de vascos y navarros es una de las partituras codiciadas por Artur Mas. La soberanía financiera.

Bien está reducir cualquier dispendio o disminuir, hasta cierto punto, el tamaño de las administraciones, entre las que se incluye la Generalitat de Catalunya. Tanto porcentaje de altos cargos, de personal de confianza u otros derroches deben entrar en vías de extinción. Lo de que pague más quien más tiene sólo es admisible en los planes de una izquierda “desfasada” que defiende la creación de un impuesto sobre la riqueza. No sólo eso. Artur Mas va a suprimir el impuesto de donaciones y sucesiones.

El fomento honrado del empleo juvenil, el apoyo a los estudios de los jóvenes o el estímulo a las empresas no admiten discusión. Las oficinas de empleo deben funcionar, la formación profesional tiene que acoger a sectores emergentes de un nuevo modelo productivo y es necesario incentivar la tarea de los trabajadores por cuenta propia y hacerla más viable. Y más empleo para personas discapacitadas y conciliación de la vida laboral con la familiar.

La precariedad y los salarios insuficientes han sido una constante y continuará siéndolo con la flexibilización del mercado laboral. Peor aún en tiempos de crisis, de culto exacerbado a los mercados internacionales y a los inversores y compradores de deuda. Dueños, sin reparos, de los destinos del prójimo.

El ganador Artur Mas prefiere un Gobierno de España en minoría que no ponga muchos inconvenientes a las pretensiones nacionalistas. La transparencia en la adjudicación de contratos públicos es un mensaje que pretende echar una cortina de humo a la presunta financiación irregular de Convergència, a través de la trama corrupta del Palau de la Música en la anterior etapa gubernamental de CIU, y poner el dedo en la llaga de la supuesta corrupción de más de cien dirigentes del partido de Rajoy.

O el hecho de que el líder nacionalista, su mujer y sus hijos consten como beneficiarios de un fondo evadido por el padre de Artur Mas a Hacienda durante 24 años. El presunto delito de evasión fiscal quedó archivado “por prescripción” pocos días antes de las elecciones catalanas. Los paraísos fiscales, como el de Liechtenstein, funcionan al servicio de toda clase de defraudadores con licencia para estafar a la sufrida población.

Los pilares del Estado de Bienestar siguen en fase de acoso. La sanidad, los servicios sociales o la educación irán decayendo cada día. Pretender huir de la crisis recortando derechos no es circunstancial. Se trata de bendecir la nueva situación y solidificarla con el aplauso de los votos.

El modelo neoliberal de CIU y del PP es pariente directo del desarrollo económico y social seguido por la coalición conservadora que viene gobernando Irlanda, uno de los países intervenidos por su situación de quiebra. El capitalismo salvaje sigue en órbita con la intención de destruir el movimiento obrero.

Puede que lleve razón esa cruzada, de origen francés, contra el sistema y los culpables de la crisis mundial. Retirar el dinero de los bancos el próximo 7 de diciembre. El que tenga, naturalmente. A muchos no les llega ni para sobrevivir. Frente a ese poder de la burguesía y de los gobiernos resulta imprescindible una coordinación de fuerzas. Si no, la asfixia continuará su curso imparablemente. El mito liberal decae pero quiere seguir latiendo con la venia de una ciudadanía en un estado cada vez peor.

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