30/04/2009 - El Mundo - Política económica - Castells cambia el sistema de gestión tributaria tras años de fracasos del modelo

"Actualmente el sistema Gaudí no funciona en su totalidad; se ha rescindido el contrato y se ha decidido hacer un nuevo concurso para contratar una nueva empresa que desarrolle la totalidad del proyecto". El texto forma parte de un informe de la Sindicatura de Comptes y se refiere al aplicativo que el Govern de CiU adjudicó en 2001 para que entrara en funcionamiento en 2004 y que no estuvo operativo hasta tres años después.

Una unión temporal de trabajo (UTE) formada por Indra y Gestión Tributaria Territorial ganó el concurso por un importe de 13,6 millones de euros. Además, en los últimos años el proyecto ha recibido inversiones de corrección, adaptación y mantenimiento por un montante cercano a los cinco millones de euros. Y pese a todo, está a punto de ser completado por otra compañía porque no ha dado los frutos esperados.

El director general de Tributs, Josep Costa, matiza, no obstante, que "el módulo [Gaudí] funciona en su parte más sustancial y permite hacer las comprobaciones oportunas, sin perjuicio de su continua mejora". En todo caso la Sindicatura no acepta la alegación al considerarla una matización.

De hecho, la Sindicatura de Comptes efectúa en su informe casi una comparativa sobre lo que el propio organismo fiscalizador del Parlament percibía del funcionamiento de la recaudación del Impuesto de Sucesiones y Donaciones en 1996, lo que continúa siendo un problema actualmente. Uno es el retraso en el registro de los expedientes, que el nuevo aplicativo informático no ha conseguido solventar desde que entró parcialmente en funcionamiento pese a que era su objetivo. "Los problemas con la aplicación Gaudí no han permitido mejorar el retraso en la tramitación de expedientes", reza el informe, que denuncia la acumulación de expedientes y, como consecuencia, el incremento del tiempo necesario para tramitarlo.

Esos retrasos en la implementación del sistema se repiten en diferentes aspectos. Uno es la grabación y digitalización de las autoliquidaciones, presentadas en 2004 y no realizadas hasta 2007. Otra, la comprobación de valores. Y la última, y más importante para evitar el fraude, la inspección, para asegurar que los datos son los correctos, imposible de solventar porque el módulo del sistema informático está todavía "pendiente de desarrollo y todavía no ha entrado en funcionamiento".

Si es así, difícilmente se podrán efectuar mejoras sobre el sistema actual. Todo ello supone un problema añadido, como se encarga de subrayar el ente que dirige Joan Colom: "Todos esos factores suponen un elevado riesgo de prescripción, y una acumulación de expedientes sujetos a comprobación e inspección. Hace falta poner todos los medios necesarios para reducir los retrasos derivados de la implantación del sistema informático".

El organismo alerta de que todos los factores generan como consecuencia un elevado riesgo de prescripción y acumulación de expedientes, y añade que, de la muestra analizada, el 20% de los expedientes estaban prescritos en el momento en que éstos fueron finalmente resueltos.

Además, la arquitectura del soporte de la Agència Tributària de Catalunya dificultaba el cruce de datos con los registros civiles y los juzgados de paz, el último de los cuales se produjo en 2007 pero con datos de defunciones de 2003. No se ha producido ningún otro por problemas con el sistema Gaudí.

Esta última circunstancia y la lentitud de la gestión por parte de la Generalitat hacen que se dejen de detectar posibles hechos imponibles no declarados, con lo que baja la recaudación de la Administración catalana. Pero también genera un quebradero de cabeza para el ciudadano, que en algunos casos debe esperar un año entre la fecha de presentación a la oficina liquidadora y la revisión del expediente a la oficina encargada.