07/06/2010 - GALICIA É - Crónica Económica - ¿El problema está en lo público?

GALICIA É
Crónica Económica
¿El problema está en lo público?
Publicado 07/06/2010
Santiago Lago

Hace poco más de un año, la opinión generalizada era que la relación entre lo público y lo privado debía revisarse. El fallo sistémico de la banca privada y de las agencias de calificación de activos (privadas), sumadas a los escándalos de algunas de las más importantes empresas auditoras (también privadas) generó la necesidad de una amplia intervención con recursos públicos al rescate.

Se dijo y se repitió hasta la saciedad que un sector público fuerte era la garantía de que la economía navegase sin riesgo de colisión. La regulación de las actividades del sector privado (incluso de los sueldos de los ejecutivos) y la necesidad de avanzar en la coordinación internacional de políticas fiscales, monetarias y regulatorias eran dadas por descontadas. Era necesario castigar a los culpables; Sarkozy hablaba de la “refundación del capitalismo”, otros de la necesidad de paréntesis en las reglas del mercado. Ahora resulta que el problema ya no está ahí; los culpables se han esfumado, la búsqueda de coordinación internacional y de regulación se relaja a medida que buena parte de las economías de la OCDE vuelven a una senda de crecimiento.

En España, el problema parece que no está en que el fraude fiscal duplique la media de la zona euro; que se hayan hecho enormes regalos fiscales a los más ricos en los últimos años (supresión del impuesto de patrimonio, extrema relajación de la tributación sobre las rentas de capital, inacción ante la progresiva muerte del impuesto sobre sucesiones…) poniendo en peligro la suficiencia financiera del sector público. Ya nadie se acuerda de los enormes beneficios que han hecho grandes y pequeños empresarios de la construcción: desde los que presiden las compañías más grandes hasta el pintor de brocha gorda que, cobrando casi todo en negro, hoy tiene un Audi A8 a base de extorsionar a jóvenes parejas que querían ver su casa pintada en pleno boom inmobiliario.

Da igual saber, como sabemos a través de los medios de comunicación, que, por ejemplo, un director de sucursal de una caja de ahorros gana más que un funcionario de la Xunta de máximo nivel (30), que trabajan tanto o más y con mayores responsabilidades. No hablemos ya del médico, abogado, arquitecto o vaya usted a saber, al que nunca pagamos con tarjeta o transferencias, que siempre quieren dinero en efectivo y que según nos recuerdan las estadísticas del IRPF todos los años, ganan menos que el asalariado medio!. Tampoco es relevante que médicos o profesores gallegos que trabajan en lo público cobren menos que sus colegas portugueses.

El gran problema de este país parece que son los pensionistas chupópteros y los vagos y sobrepagados trabajadores públicos. Trabajadores a los que se puede insultar o agredir porque se lo merecen: pobre del médico que se retrase un cuarto de hora en atender a un paciente en un hospital público, nada pasa nada si el médico es “de pago”. Lo privado vuelve a ser bueno y eficiente; lo público, malo y costoso. Creo que ya está bien de soportar el acoso y derribo a los servicios públicos y sus empleados.

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