15/01/2010 - CANARIAS7.ES - Sociedad La Zarzuela no confirma oficialmente que la herencia sea aceptada

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La Zarzuela no confirma oficialmente que la herencia sea aceptada
Publicado 15/01/2010
Las Palmas de Gran Canaria

Segun el diario Ultima Hora.es Menorca, la mitad de la ingente herencia que el fallecido Juan Ignacio Balada Llabrés ha legado a la Familia Real deberá destinarse a la organización de una fundación de interés general. Esta es la misión que el filántropo recientemente fallecido encomienda en su testamento a los Príncipes de Asturias, a quienes corresponderá gestionar la constitución de esta entidad.

El otro 50% de la fortuna sí se adjudica individualmente a los herederos de la Corona, don Felipe de Borbón y doña Letizia Ortiz, así como a los ocho nietos del Rey. Se trata de la última voluntad del millonario ciutadellenc, que ayer confirmó en todos sus extremos a Ultima Hora Menorca la propia Casa Real.

Zarzuela reaccionó a la noticia adelantada en primicia por este diario e hizo un llamamiento a la prudencia para valorar en su justa medida una información que, entiende la Casa del Rey, «es objetivamente buena para los Príncipes, pero sobre todo para los intereses generales de la población, que así podrá disponer de una nueva fundación pública». Pese a ello, aún no se puede confirmar oficialmente que la herencia sea aceptada.

La Casa Real asegura que el proceso que se abre tras la notificación notarial de la herencia se antoja «muy largo». El primer paso consiste en contactar con el abogado catalán que ejerce de albacea del testamento para cuantificar la fortuna real legada por Balada Llabrés y conocer en qué condiciones de propiedad se encuentra su patrimonio.

La titularidad de algunas de las posesiones de Balada es compartida con sus dos primas a las que ha excluido de la herencia y con otras sociedades a través de las que invertía en bolsa, promotoras inmobiliarias y multinacionales de la alimentación o el petróleo de todo el mundo.

La situación en que se halla el legado del multimillonario menorquín, poseedor posiblemente de la mayor fortuna de la Isla, y la donación del 40% de su herencia a los ocho nietos del Rey, menores de edad, amenaza con prolongar la transmisión efectiva de los bienes.

Los tribunales de justicia deberán garantizar la tutela efectiva de los derechos de los nietos del Rey y determinar si las infantas pueden ejercerla mientras no alcancen la mayoría de edad. A diferencia de los Príncipes de Asturias, no figuran en la línea directa de sucesión dinástica y, por tanto, les asisten los mismos derechos que a cualquier menor que no sea miembro de la Familia Real.

También se desconocen las acciones que puedan promover al respecto las dos familiares excluidas del testamento que, al sentirse afectadas por la resolución de la herencia, están en su derecho de interponer reclamaciones de disconformidad. Las hermanas María del Carmen y María del Pilar Arregui Llabrés se desplazaron a Ciutadella para acompañar a su primo en sus últimas semanas de vida, pero no lograron que éste modificara su última voluntad.

Tampoco verán un solo euro de la herencia sus amistades más directas. Ni las personas con las que se relacionó en mayor medida ni sus descendientes de los que llegó a convertirse incluso en padrino.

«Es un testamento tan estrambótico como fue él en vida», resume uno de los que le conocieron. «Era una persona cerrada que no tenía confianza con nadie», asegura otra persona próxima al empresario, que lamenta «ya no ser nadie para él». Sólo los más precavidos optan por no alimentar la polémica. «No esperaba nada».

Zarzuela aseguró ayer que, pese a la generosa herencia recibida, ningún miembro de la Familia Real conoce ni mantenía trato directo alguno con el fallecido. Los Príncipes y el resto de integrantes de la familia del Rey Juan Carlos eran, por tanto, ajenos al afán monárquico que sentía Joan Ignasi Balada.

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