17/12/2009 - Editorial - Mala salud de hierro del Govern

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Editorial
Mala salud de hierro del Govern. Edición impresa
Publicado 17/12/2009

El actual pleno del Parlament podía ser escenario de un cisma del tripartito. Cerrar el año con una fractura en la ley de sucesiones, que afecta a muchas familias de clase media y trabajadoras, tras la división del pasado mes de julio por la ley de educación, habría supuesto una grave quiebra en la credibilidad del Gobierno de Montilla.

No será así. El president Montilla reconoció ayer que los tres partidos del Gobierno intentan demasiado marcar su perfil propio, pero que en la presente legislatura ha imperado la disciplina de voto, salvo el caso de la ley de educación. Es cierto, y por eso se dice que el tripartito tiene una mala salud de hierro. La cohesión se basa en la voluntad de alternancia tras 23 años de pujolismo. También en el deseo de la izquierda de gobernar con un programa progresista.

Pero gobernar implica revisar ideas y hacer frente a los problemas de hoy. Gravar mucho las herencias era un leit-motiv de la izquierda. Pero la idea ha perdido fuerza. Por una parte, muchas grandes fortunas eluden el impuesto con una domiciliación conveniente. Por la otra, la legislación de muchos países, España incluida, permite no tributar a los patrimonios ligados a empresas familiares. La razón es no desalentar la continuidad empresarial, lo que sucede si los herederos deben vender para cumplir con el fisco. En este marco, el impuesto no grava ya a los más ricos. Y además el PP prácticamente lo ha abolido en muchas autonomías, empezando por Madrid, para conectar con la clase media acomodada. Así, el impuesto es ya no solo poco justo, sino que discrimina a los catalanes e incita a la ingeniería fiscal contra Catalunya.

Por eso había que hacer una reforma a fondo. Pero ICV era reticente al acuerdo pactado. Finalmente, se ha logrado una síntesis. Un punto principal es que el mínimo exento de padres a hijos –aparte de la vivienda habitual, que no tributa– será de 275.000 euros frente a los 400.000 pactados inicialmente. Es una cesión quizá excesiva de PSC y ERC que salva la unidad del Gobierno, pero que da argumentos a la oposición,CiU y el PP, partidarios de la eliminación del impuesto, que ayer ya aprovecharon la marcha atrás de socialistas y republicanos. CiU y el PP remacharon que, si gobiernan, eliminarán el impuesto de forma retroactiva. Aun así, la gran mayoría de los catalanes dejarán de tributar –o lo harán mucho menos– por un gravamen que era ya muy poco redistributivo.

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