25/02/2011 - EL COMERCIO DIGITAL.COM - Asturias - Donde el déficit se esconde

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Asturias
Donde el déficit se esconde
Publicado 25/02/2011
ELENA CARANTOÑA | EXCONSEJERA DE HACIENDA

LA GESTIÓN DEL DINERO PÚBLICO (Y 6)

El año 2011 se presenta complicado. La inflación ha reaparecido con fuerza y el Banco Central Europeo no tardará en subir los tipos de interés para controlarla. Con intereses más altos, se reducen el consumo y la inversión, y el crecimiento pasa a depender de la capacidad para exportar. Un escenario pésimo para nuestro país. A no ser que el Gobierno disponga de margen para reducir impuestos y cotizaciones sociales, facilitando así la inversión empresarial y el consumo privado sin aumentar ni el déficit ni la deuda.

¿Existe ese margen? Por más que se repita rotundamente que no, la respuesta es más matizada cuando se miran las finanzas públicas sin las orejeras que convierten en imprescindible lo superfluo. Tanto en la Administración central como en las autonómicas y las locales.

Por ejemplo, la Administración central se va a gastar este año 49,5 millones de euros en 'Reuniones y conferencias'. 953.000 euros a la semana, incluido el mes de agosto. La Administración asturiana también se reúne, y le cuesta 43.270 euros semanales. Además, cada semana gasta 86.538 euros en comprar folios, impresos, bolígrafos, etcétera ('Material ordinario no inventariable') y en 'Otros gastos diversos' se van 44.230 euros. No parece que reducirlos algo, digamos un 3%, vaya a paralizar la Administración. Serían 1.300 euros semanales menos en reuniones, 2.600 en papelería, 1.327 en 'Otros...'. Poca cosa. Pero aplicándolo a todos los gastos de funcionamiento, se ahorrarían 72 millones de euros.

Otro tanto sucede con las subvenciones. Cada semana, los boletines oficiales publican listas de beneficiarios. Eligiendo un nombre al azar y tecleándolo en un buscador de internet, cualquiera puede verificar cuántas veces se repiten casos como el de una señora del mundo artístico que ha recibido del Instituto Nacional de las Artes Escénicas, del de la Mujer y de una comunidad autónoma un total 42.000 euros. Si le hubieran dado solamente 37.800, un 10% menos, tampoco le habría ido tan mal. Rebajando en ese porcentaje sus subvenciones, el Principado se ahorraría unos 75 millones de euros.

En total, 147 millones de euros menos de gasto, sin reducir ninguno imprescindible. Ese ahorro se puede convertir en un estímulo directo al consumo y la inversión si se destina a reducir impuestos. Permitiría eliminar el recargo sobre el Impuesto de Actividades Económicas y el impuesto que grava a los grandes establecimientos comerciales, reducir un 40% el de Sucesiones y Donaciones, y un 10% la tarifa autonómica del IRPF.

El margen presupuestario para animar la economía regional crecería aplicando el mismo criterio de adelgazamiento al resto de instituciones autonómicas. El Parlamento regional, por ejemplo, tiene un presupuesto de casi 15 millones de euros y 45 diputados: cada diputado nos cuesta 330.380 euros. En 2010 aprobaron 14 leyes: cada ley nos salió por un millón largo de euros. Con 35 diputados, el mínimo que prevé el Estatuto de Autonomía, nos ahorraríamos 3,3 millones de euros. Producirían el mismo número de leyes, pero a un coste más abordable.

El determinismo en economía no existe, por eso es falso afirmar que el único camino para reducir el déficit y la deuda, manteniendo los servicios básicos, es subir los impuestos, bajar los salarios y congelar las pensiones. La economía no dicta las decisiones, solamente explica sus consecuencias. Nos dice que aumentar la transparencia y el control del gasto público reduce el despilfarro y la corrupción; que con menos ingresos mejora la eficiencia; que la claridad en el reparto de competencias evita gastos innecesarios. Y demuestra que bajo estos principios, hay margen suficiente para reducir el déficit y estimular la actividad, dándoles un respiro a los contribuyentes. Hacerlo o no depende tan sólo de la voluntad política de quien gobierne.

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