26/01/2010 - ÚLTIMA HORA MENORCA - Los otros Balada menorquines

Montser Dt 26 Gen 2010, 10:11

ÚLTIMA HORA MENORCA
Los otros Balada menorquines
Publicado 26/01/2010
D. MARQUÈS

Pere Casasnovas y Rafel Oleo sí dejaron huella en su Ciutadella natal

Juan Ignacio Balada no ha seguido el ejemplo de los ilustres prohombres que pensaron en su pueblo y ahora dan nombre a plazas y calles, y hasta tienen esculturas con su efigie. Su legado, cedido a la Casa Real obviando por completo al municipio en el que vivía, poco tiene que ver con el dejado por Rafel Oleo i Quadrado que, como su madre, fue en 1839 el primer farmacéutico de Ses Voltes y, antes de morir, promovió y financió la construcción del emblemático obelisco de Es Born en memoria de los fallecidos en el asalto turco de 1558.

Pere Casasnovas, que hasta da nombre a un colegio, también cedió a su Ciutadella natal los terrenos necesarios para construir nuevas infraestructuras docentes y deportivas. Como hizo en 1995 la familia del recordado Francesc d'Albranca en Es Migjorn, al dar al municipio el valioso fondo bibliográfico y patrimonial que había amasado en vida el médico y folclorista menorquín. O como acordó la viuda del doctor Joan Comas Camps que, desde México, decidió convertir en heredero universal al colegio de Alaior que lleva su nombre.

Tal como ha encargado Balada a los Príncipes de Asturias, también el doctor Fernando Rubió i Tudurí decidió donar sus cuantiosos bienes a una fundación cultural al servicio de Menorca, pero la disputa por su herencia y la posterior gestión que se ha hecho de los recursos cedidos por el mecenas han envuelto su recuerdo en la polémica permanente.

Hacienda ya se llevó un buen bocado de la herencia de Rubió a través del impuesto de sucesiones, que ahora amenaza con engordar las arcas del Govern balear con dos tercios del millonario legado de Juan Ignacio Balada. El Ejecutivo autonómico tiene un precedente no muy remoto en Menorca, donde en 1995 ya negoció el cobro en especies de las múltiples extensiones de terreno que Juan Valero Fortuny heredó de José María de Olives y de Ponsich, el antiguo conde de Torre Saura. Al igual que entonces, Ajuntament de Ciutadella y Consell esperan que la Casa Real les ceda diversos inmuebles de Balada con los que hacer frente a sus obligaciones tributarias.

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