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14/04/2011 - Opinión - Los jueves, economía - No es esto, 'president', no es esto

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Missatge  Montser Dj 14 Abr 2011, 09:33

EL PERIÓDICO.COOM
Opinión
Los jueves, economía
No es esto, 'president', no es esto
Publicado 14/04/2011. Edición impresa, Opinión, pág. 7
Josep Oliver Alonso, Catedrático de Economía Aplicada (UAB)

Las razones que hacen inevitables los ajustes y su dureza aconsejaban un pacto previo

El continuado rumor sobre recortes en servicios básicos (salud, educación o universidades, entre otros) ha saltado a la calle, con una opinión pública, y publicada, que comienza a traducir un creciente desasosiego y malestar. En esta situación es fácil tergiversar posiciones, confundir al público y caer en la demagogia, cuando lo que se precisa es tranquilidad y sosiego para afrontar las difíciles circunstancias que nos ha tocado vivir.

Por ello, en aras de arrojar alguna luz sobre este complejo debate, permítame el lector hacer algunas precisiones. Tres son los ámbitos de reflexión que me parecen relevantes, aunque todos ellos están muy entrelazados. El primero, el relativo a la necesidad de los ajustes en curso y, por ello mismo, al deseable consenso social y político para su aplicación. El segundo, a su negativo impacto sobre la distribución de la renta. Y, finalmente, a su carácter coyuntural o estructural, aspecto que, de todos ellos, me parece el más sustantivo.

Vaya por delante, en primer lugar, mi apoyo genérico a la reducción del gasto público. La redefinición de las reglas de pertenencia al euro, la caída de Grecia, Irlanda y ahora de Portugal, los tambores que anuncian que España será el siguiente país en caer, y los problemas de refinanciación de la deuda de la Generalitat aconsejan severidad, y prontitud, en las medidas a adoptar. Aunque también conviene ahora recordar que si tenemos dificultades de financiación del sector público, no es porque este esté especialmente bien dotado, como muestra cualquier comparación con otros países a los que queremos asemejarnos, tanto económica como socialmente (desde Francia y Alemania a los países nórdicos). Por el contrario, la crisis de nuestras finanzas públicas es el resultado de un colapso de la fiscalidad asociada a un crecimiento basado en excesos insostenibles de deuda privada. Por todo ello, y por la inevitable dureza que implican, los recortes a implementar debieron haberse pactado. Lamentablemente, el Govern perdió una primera oportunidad con la fallida cumbre contra la crisis. Sería conveniente que no la volviera a perder antes del debate de los presupuestos, aunque las posiciones de partida, y las decisiones ya adoptadas, hacen prácticamente inviable cualquier acuerdo razonable.

En segundo lugar, no es de recibo un recorte sin matizaciones del gasto al tiempo que se suprimen figuras impositivas que, sea cual sea su alcance en términos de recaudación, limitan la capacidad financiera de la Generalitat y empeoran la distribución de la renta. Y ello en un país en que esta dista de estar correctamente distribuida. Y ahí nadie está libre de culpa. No lo está el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que, en una incomprensible decisión, suprimió el impuesto sobre el patrimonio, con lo cual debe compensar la pérdida de ingresos que significa para Catalunya (más de 500 millones de euros) con otros procedentes de otras fuentes, que pagamos entre todos. Ni tampoco el tripartito, que redujo drásticamente el impuesto de sucesiones. Ni, por descontado, el actual Govern, que lo ha dejado prácticamente a cero, desde los 250 millones en que había quedado. Hay que recortar gasto. Pero, al mismo tiempo, hay que distribuir, de forma lo más equitativa posible, el coste de este ajuste. Y no parece que las rentas más altas sean, a la luz de estos cambios fiscales, las que salgan peor paradas. La ciudadanía entendería mucho mejor que, si es imprescindible llegar a la insólita medida de cierre de plantas en algunos hospitales de cabecera, esta se tomara tras apurar al máximo los ingresos potenciales. Y conviene no olvidar que la sanidad pública es, en nuestro Estado del bienestar, uno de los mecanismos de redistribución de la renta más poderosos de que disponemos.

Finalmente, el recorte propuesto tiene un aspecto más sombrío cuando se enmarca en el horizonte que el president Mas está dibujando, que no parece ser otro que la reducción de la presión fiscal, una vez la mejora económica la haga posible. ¿Quiere ello decir que el Govern está pensando en reducir ahora el gasto público y posteriormente los ingresos? ¿Nos está diciendo el president que la inevitable e ineludible contracción coyuntural del gasto público se va a transformar en estructural? Por que, de transformarse en permanentes los recortes propuestos, el vacío que vayan a dejar en la provisión de servicios esenciales, sean de sanidad, educación o de otro tipo, lo va a cubrir, se explicite o no, el sector privado. Y no estoy hablando de gestión privada de algunos servicios públicos, de la que sería partidario en muchos casos. Estoy hablando del diseño de un sector público jibarizado en el medio plazo, que creo que no responde al proyecto mayoritario de los catalanes. Convendría que, en aras de la transparencia, este fundamental aspecto quedara claro. Porque una cosa es apoyar una inevitable rebaja del gasto y otra, muy distinta, apuntalar el adelgazamiento de nuestro Estado del bienestar, que jamás estuvo especialmente dotado.

Leer aquí: http://www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/esto-president-esto-972794

Llegir aquí: http://www.elperiodico.cat/ca/noticias/opinio/aixo-president-aixo-972794
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